El 5 de diciembre de 2019, la cerealera se declaró en estrés financiero y desde entonces no logró superar el problema de su deuda.
Finalmente, el presidente Alberto Fernández, hizo lo que dijo pensaba hacer: incorporar a Vicentin, una de las cerealeras más importantes del país que y que facturaba en épocas normales u$s 4.300 millones, al Estado: su intención según anunció hoy es intervenir la empresa y pasarla a la órbita de YPF Agro.
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"Tengo claro que es una empresa muy importante y es fuente de trabajo de mucho gente. Nadie quiere que la fuente de trabajo se cierre y todo indica, cuanto menos, que allí hubo un acto de enorme irresponsabilidad. Así que, vamos a estudiar bien el tema…", había respondido el presidente a fines de enero de este año a la pregunta si pensaba estatizar la firma.
El 5 de diciembre de 2019, Vicentin se declaró en "estrés financiero" por una deuda de u$s 1.350 millones, que incluye a acreedores financieros y a productores, corredores y acopiadores a quienes no se les había pagado por los granos que habían entregado a la cerealera.
Las deudas con entidades bancarias estaban distribuidas de la siguiente manera: Banco Nación, con una deuda de $ 18.258.859.000; el Macro, al que le debe $ 612.521.000; el BICE (por un préstamo de $ 304.767.000); el Banco Hipotecario ($ 736.708.000); el Santander ($ 197.631.000), y otras entidades como Banco Provincia y Banco Ciudad.
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La deuda con los productores también se produjo por el aluvión de productores que querían colocar sus granos antes de la asunción de Alberto Fernández por temor a la suba de las retenciones. En tanto que la financiera estaba signada por una alta deuda el dólares que la había afectado la devaluación que se hizo en el último tramo del gobierno de Mauricio Macri.
En el anuncio del estrés financiero, Vicentin había señalado que se trataba "del inicio de una reestructuración para despegar a partir de una situación de estrés financiero que afecta actualmente a la empresa".
El 21 de enero, la cerealera había mantenido una reunión con los productores, corredores y acopiadores agrícolas, reunidos en un solo grupo llamado Sumando Cabezas, para ofrecer un esquema de pago de deuda, pero fue rechazado, a pesar de la promesa de que no iba a haber quita ni se iba a declarar el concurso preventivo. Una de las razones de la no aceptación es que la empresa le pidió a su cadena de valor seguir entregándole productos para poder exportar y así juntar los dólares para pagar. Esto enojó a los proveedores porque trasladaba a ellos el peso de la deuda.
Finalmente, Vicentin declaró la convocatoria de acreedores y desde entonces no tuvo forma de pagar sus deudas.
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Una queja recurrente desde los dueños de Vicentin fue que "el actual gobierno nos trata como los Cristóbal López de la administración Macri, pero nosotros hace 90 años que estamos e invertimos en el país".
A estos problemas se sumó que uno de los directivos de Vicentin, Gustavo Nardelli, había violado la cuarentena al haber abordado su yate para pasear por el río cerca de Rosario.
