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La última apuesta de Gregorio Perez Companc en su empresa insignia: invertirá u$s 170 millones entre 2010 y 2012. Su sociedad en Renova para ganar escala, la inversión conjunta de u$s 350 millones y cómo va a aprovechar la nueva regulación para la venta de gasoil.
Por Patricio Ballesteros Ledesma
Lo suyo, obvio, ya no es el día a día de Molinos. Pero aunque haya cedido las tareas más ejecutivas a sus hijos, el olfato para los negocios de Gregorio Perez Companc no sólo no se jubila sino que está detrás, o mejor dicho delante, de los últimos movimientos de la empresa alimenticia y agroindustrial. Siempre, y por qué no debería ser así esta vez, fue su decisión la entrada y salida de cada uno de los negocios en los que su grupo tuvo operaciones, obvio que con las ideas y asistencia de los directivos de sus diferentes empresas, pero era él quien tenía la decisión estratégica para apostar o desinvertir. Como cuando decidió venderle la endeudada Pecom Energía a Petrobras en 2002 por u$s 1.125 millones, cuando ya se veía que el negocio de vender nafta y gasoil en el país dejaba de serlo. Sólo había un potencial comprador para la división energética de Perez Companc, la estatal brasileña que buscaba instalarse en el país, y Goyo logró que ese único posible candidato fuera el comprador y que al monto se sumaran casi u$s 2.000 millones adicionales de deuda.
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Archivo: Perez Companc: los herederos más ricos del país
Antes el norte eran los combustibles fósiles; ahora, con la soja inundando los campos argentinos y el rentable y creciente negocio mundial de su transformación en biodiesel, la meta de su compañía insignia, Molinos, es pasar de ser un mediano a un gran jugador en el mercado interno y la exportación de este derivado del oro verde.
ANTES: LA RETIRADA
Luego de cumplir 75 años, uno de los hombres más ricos de la Argentina notificó a la bolsa de Buenos Aires su decisión. Sus hijos crearon una controlante llamada Santa Margarita, con sede en Delaware, Estados Unidos. Más información
Al verse rezagada frente a las grandes jugadores, como Ecofuel (Bunge y AGD), Unitec Bio, Louis Dreyfus y Cargill, que venían creciendo en la producción de biodiesel y anunciando inversiones en nuevas plantas, los Perez Companc debían tomar una decisión rápida y estratégica: aceptar la oferta de Vicentín y Oleaginosa Moreno a Molinos para asociarse en este negocio. Paradógicamente, a principios de 2007 surgían rumores de venta de Molinos y el comprador más firme era el grupo suizo Glencore, actual controlante de su nueva socia Oleaginosa Moreno. Finalmente, como una forma de revertir esas versiones y demostrar su interés en seguir apostando a crecer en la venta de productos con valor agregado, la empresa de Perez Companc le compró a Glencore la fábrica de pastas secas Manera en Bahía Blanca.
RECUPERAR TERRENO
En todo negocio naciente, el que no se sube a tiempo pierde oportunidades. Por eso el 23 abril Molinos puso u$s 53 millones para ingresar en la sociedad Renova, donde sus competidoras y ahora asociadas, Vicentín y Oleaginosa Moreno Hnos. tienen muy aceitado el negocio de exportar biodiesel. “En lugar de seguir creciendo en solitario, aumentar la escala junto a dos pesos pesados y sinergizar sus propias capacidades, logística y mercados era el mejor camino”, asegura una fuente de la alimenticia.
La nueva sociedad que integra la nave insignia de Perez Companc actualmente desarrolla su negocio de producción y comercialización de biodiesel con destino casi exclusivo a la exportación y es la propietaria de la principal planta productiva de este combustible del país (480.000 toneladas), situada en San Lorenzo, Santa Fe.
Esta sociedad, tripartita al 33,33%, invertirá por lo menos u$s 350 millones en dos años para la construcción y puesta en funcionamiento de una planta industrial destinada a la molienda y procesamiento de porotos de soja. Gran parte del aceite de soja que salga de esas instalaciones de crushing en el distrito de Timbúes, San Lorenzo será utilizado por Renova para la producción de biodiesel en la planta que ya posee en ese departamento santafesino.
Un experto del sector aclara que “aunque todavía no están definidos todos los parámetros del proyecto, entre ellos la capacidad de producción, es de esperar que la planta sea de 20.000 toneladas anuales de molienda”. La misma fuente, agrega que “el grueso de la producción de aceite de soja de dicha planta será para abastecer los requerimientos de la producción de biodiesel en Renova y en las fábricas del combustible de propiedad de cada uno de sus socios”.
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8/7/2010
totaliza
un volumen de cupo de 1.050.000
toneladas para 2010. Esa cantidad
equivale al consumo de un año para
B7 pero como el corte comenzó efectivamente
en marzo y recién desde
agosto se implementará, el consumo
efectivo será de 800.000 toneladas
aproximadamente, salvo que haya
un fuerte crecimiento del uso para
la generación de energía eléctrica
o, como se estudia en los pasillos
oficiales, se implemente un corte
del 20%, por ejemplo, para el gasoil
de uso agropecuario. En cualquier
caso, el negocio está en pañales, y
el Gobierno nacional promueve el
corte masivo de gasoil con biodiesel
al 10% (B10) en no más de un año.
El ministro Julio De Vido hizo el
anuncio oficial el martes 6 cuando
inauguró y puso en marcha en
San Nicolás un sistema instalado
por la central termoeléctrica AES
Paraná.
