Propiedades: la inflación y una inversión peligrosa

Opinión. Precios y decisiones de compra.

Redacción Fortuna

Por Virginia Porcella *

A principios de 2001, había un gráfico que desvelaba al equipo económico del recien asumido (por segunda vez) Domingo Cavallo: el de la curva de rendimientos invertidos.

Se trata de la tasa que pagan los títulos públicos y, según me explicó en ese entonces el secretario de Finanzas Daniel Marx, era preocupante que los inversores estuvieran exigiendo mayor interés por bonos de corto plazo que el que pedían por títulos a más de diez años.

La lógica implica un curva inversa, a mayor plazo, mayor incertidumbre y por ende mayor costo. En la Argentina de esa época era exactamente al revés.

Sin curvas ni gráficos, un empresario me confesó hace pocos días un desvelo similar. "T odos sabemos que por los próximos diez, tal vez quince años, las condiciones van a ser favorables. Algo prácticamente inédito en este país -me decía- poder proyectar negocios con ese plazo. El problema es mañana. No sabemos cuánto van a valer las cosas mañana".

El hombre, uno de los principales desarrolladores inmobiliarios del momento, explicaba así lo que significa para su sector el flagelo de la inflación.

En su rubro, la incertidumbre de no saber qué valor puede llegar a tener el metro cuadrado mañana hace que muchos en su lugar duden en salir a vender. "Hoy, cualquiera que tiene un edificio terminado y no está necesitado de liquidez, piensa si conviene vender ya o esperar por miedo de vender barato. Si elige esperar, en definitiva, está inmovilizando un montón de plata que podría estar invirtiendo en nuevos proyectos, alimentando el crecimiento", decía el desarrollador, que aún no se anima a ponerle el cartel a un complejo propio de oficinas en una de las zonas más prósperas del país: "No tengo referencias, la inflación elimina todo parámetro". Otra vez la curva invertida, esta vez en la economía real.

* Editora de la Revista Fortuna

Twitter @vporce

25/4/2011

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