Con inflación del 25%, no hay opciones para preservar los ahorros

Recomiendan aprovechar la incertidumbre electoral y pedir descuentos al adquirir inmuebles.

Redacción Fortuna

Por Carmen López Imizcoz *

Por la alta inflación, los argentinos que cuentan con ahorros se verán obligados a “pagar” para mantener el valor de su capital frente al aumento del costo de vida. Muchos seguirán optando por volcar sus excedentes a adquirir bienes durables, como autos o LCDs que, si bien no sirven para preservar el poder de compra, al menos les permiten disfrutar el presente.

Hasta fines de octubre, por las elecciones, las escasas alternativas de inversión del ahorrista conservador se tornarán más volátiles y peligrosas. “Son momentos para retirarse o buscar alternativas flexibles y con rendimientos más predecibles”, opinó Mariano Otálora, autor del libro Del colchón a la inversión, quien destacó que “los mercados externos están bastante agitados”.

Ante tanta incertidumbre, los conservadores deberán comprar dólares o hacer un plazo fijo a la espera de oportunidades. Para quienes no sean tan adversos al riesgo, algunas alternativas son:

INMUEBLES

“Por el año electoral, algunas operaciones se demoran, lo que permite negociar descuentos a los decididos con cash”, destacó Otálora, para quien, en el mediano plazo, las propiedades seguirán aumentando, aunque a tasas menores, porque acompañan el crecimiento de la economía y la suba de los costos de la construcción.

En cambio, Javier Salvucci, de SilverClouds, recomendó “ser cautos” porque los precios de los inmuebles ya subieron fuerte en dólares y el valor del metro cuadrado de algunos barrios porteños supera al de la convertibilidad. “Quizás lo más conveniente sea invertir en pozo. Si bien es más arriesgado, la rentabilidad seguramente será superior, aunque hay que ser cuidadoso al elegir la zona”, dijo.

COCHERAS

Es una inversión conservadora pero con muy buenas perspectivas por la venta récord de autos 0 km.

BONOS

El cupón PBI tanto en pesos o en dólares creció casi 20% en lo que va del año y sigue con buenas perspectivas por el crecimiento de la economía (de entre 5 y 6% para este año) y el pago de cupón en diciembre de 2011 y posiblemente en 2012. Otras alternativas son las obligaciones negociables (que rinden entre 7 y 9% en dólares), los Boden 2012, 2015 o el Bonar X.

ORO

Mientras el mundo perciba que las políticas de los gobiernos europeos y el estadounidense son deficientes, el oro podrá seguir batiendo récords. Sin embargo, “no es para inversores conservadores y aún los audaces no deberían tener más de 20% de su cartera en metales”, opinó Otálora.

ACCIONES

Para amantes del riesgo con un año de plazo, hay empresas que cotizan baratas con buenas perspectivas, por ejemplo, en el sector bancario, que este año viene registrando pérdidas de 30%, según Otálora. A un plazo mayor, otra opción son las empresas energéticas, apostando a que suban sus tarifas. Según el analista, los dos grandes interrogantes en los mercados internacionales son el impacto de la reestructuración de la deuda griega en otros mercados (como Francia y Alemania) y la marcha de la economía de los EE.UU. En lo que va del año, en dólares, el Merval ya cayó más del 10% “por varios efectos, como el año electoral sembrado de interrogantes, la inflación de más de 20% y el cambio de política del Gobierno con relación a los directorios de las empresas que cotizan en Bolsa”, evaluó Carlos Olivieri, asesor financiero. Pocos papeles rindieron más de 10% en pesos este año.

Los costos ocultos

Además de que con una inflación del 25% no se puede ahorrar sin perder poder de compra, la suba de precios tiene otras consecuencias negativas para consumidores y empresas.

Las empresas y consumidores pierden tiempo y recursos pidiendo presupuestos a varios proveedores porque existe una fuerte dispersión de precios (lo que se conoce como “costos de suela de zapato”). Además, las compañías gastan recursos en informar los cambios en los precios de sus productos (algo que se llama “costos de menú”).

El horizonte de planeamiento de las firmas se reduce por la incertidumbre respecto de la evolución de sus costos, por lo que se invierte menos, se rompen los contratos largos y se crean nuevos más cortos. Como está prohibido el ajuste por inflación, las escalas de los impuestos y las valuaciones de los bienes se desactualizan y muchas empresas pagan de más.

También cambian los hábitos de consumo porque algunos precios suben menos que otros (como el transporte público versus el taxi).

*De la redacción de Diario Perfil

20/6/2011