Por Fernando Guillemi *
Galería de fotos
En la Argentina, un cuarto de la población utiliza el ascensor como medio de transporte todos los días. La mayoría se desplaza a 3,6 km/hora y transporta de 4 a 8 personas cada uno. Existen otros de mayor velocidad y capacidad, pero son los menos. Sin embargo, no disponer de ellos podría transformar nuestras vidas en un infierno.
En nuestro país, hay más de 200 mil ascensores instalados. La mayoría se concentra en los centros urbanos de las capitales de nuestras provincias y en muchas de ellas no se realizan los controles pertinentes.
Pero si por un instante uno se imaginara la vida sin este medio y, por ejemplo, para ir al trabajo se tuvieran que bajar 10 pisos hasta la planta baja, luego subir las escaleras hasta la oficina y luego repetir la travesía varias veces al día la vida cotidiana se tornaría complicada. Y más aún, esta problemática se multiplicaría en el caso de que esto ocurriera en un centro médico o si la persona tuviera dificultades para desplazarse.
La Argentina ha logrado durante años de desarrollo e inversiones ser unos de los pocos países, sino es el único, donde el 90% del mercado es atendido por PyME nacionales.
Empresas que han desarrollado sus propias tecnologías y capacitación de personal, con reinversión de sus utilidades, siendo proveedoras no solo de componentes sino también de equipos completos para toda Latinoamérica y, algunas empresas, hasta han llegado a exportar a América del Norte y Europa.
El sector da trabajo a unas 15 mil personas del gremio metalúrgico que, en su mayoría, están ocupadas en la conservación y el mantenimiento de los equipos. En los últimos años se ha reducido el déficit comercial a US$ 13 millones, lo que significa la mitad del registrado en 2008.
También es un complemento esencial para la actividad de la construcción dado que, junto con ella, ha crecido año a año llegando a fabricar en 2011 unos 5 mil equipos. De esa producción total, un 8% se ha exportado como ascensor completo y sumado a varios componentes de alto nivel tecnológico conforman cerca de US$ 11 millones en divisas que han ingresado al país.
En comparación con otras industrias, hace poco un representante de las automotrices nacionales declaró que se asombraba que el parque automotor tuviera una antigüedad promedio de 15 años y solicitaba al gobierno un nuevo plan canje. En algunos ascensores la antigüedad supera los 50 años, con la consiguiente problemática de tener equipos que ya no cumplen con las normativas actuales basadas en la accidentología y nuevas tecnologías.
Esto puede ocasionar problemas en la seguridad, en el consumo energético y en la confortabilidad del uso.
Por este motivo, es necesario y urgente configurar una nueva normativa a nivel nacional que tenga en cuenta la normativa IRAM MERCOSUR NM207 y, a la vez, hacer un plan de renovación o modernización del parque de ascensores a nivel nacional, para poder reducir la cantidad de accidentes fatales que ocurren todos los años en nuestro país.
Es necesario también, que los constructores, administradores de edificios y usuarios, se interesen de una manera más precisa sobre las empresas y métodos con que se realizan los mantenimientos, así como sobre la capacitación que tienen los operarios que realizan tareas extremadamente riesgosas, tanto para ellos, como para terceros involucrados.
Igualmente importante tiene que ser para un arquitecto o constructor saber bien qué tipo de equipo y que empresa le esta proveyendo el equipamiento, para que estén acordes con la tipología del edificio, el nivel de tráfico y las normativas que corresponden a nuestra región, que como he dicho mas arriba, deberá ser la vigente en la región que es la IRAM MERCOSUR NM207, la cual está finalizada para la mayoría de las tipologías, pero que hasta el momento las autoridades de aplicación no han tenido en cuenta para incorporarla a su legislación.
* Presidente de la Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores de la República Argentina (FACARA).
2-4-2012
