El ministro de Hacienda de la Ciudad de Buenos Aires habla de la caída de los ingresos en la arcas porteñas producto de la baja en la actividad. El traspaso frustrado del subte y el aumento de la tarifa.
Tal vez haya sido un error, después de todo, pensar que porque no estaba atravesado por el calendario electoral, este año sería más tranquilo para la administración porteña.
La pulseada con el gobierno nacional en torno a la gestión del subte, el jaque al Banco Ciudad por los depósitos de la Justicia Federal y el recorte de subsidios han puesto en guardia al macrismo.
El trajín está dado, por si fuera poco, sobre un telón de fondo que preludia una caída en el nivel de los ingresos, fruto de la desaceleración de la actividad económica. Cauteloso, Néstor Grindetti, ministro de Hacienda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ordena los recursos como quien abarrota víveres antes de una tempestad.
Fortuna: ¿Cuál es el estado de las arcas porteñas?
Grindetti: Para lo que son los otros gobiernos subnacionales, estamos bien. Al hecho de que durante estos cuatro años tuvimos que cruzar el desierto con anchoas y nada más, se le agrega la forma del macrismo de cuidar mucho el gasto. Como dice Mauricio, somos todos cartoneros. Hoy más del 90% de los gastos de la ciudad se financian con recursos propios, lo que hace que no seamos dependientes del gobierno nacional.
Fortuna: ¿Qué les preocupa del actual escenario económico?
Grindetti: Estamos viendo ahora que el impuesto de Sellos, que es el comienzo de una cadena de generación de negocios, comercial o industrial, está bajando. Se cayeron mucho las operaciones inmobiliarias, los contratos de alquiler, los contratos comerciales en general. Eso es un indicador que en algún momento va a repercutir en Ingresos Brutos.
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15-7-2012
