CEO de General Motors en Argentina: "En 2013 no podremos girar dividendos"

Isela Costantini explica por qué pese a la inflación la firma invertirá US$ 450 millones para hacer un modelo nuevo.

Redacción Fortuna

“El Astra me salvó la vida, es el auto más seguro que hay”. Isela Costantini, CEO de General Motors, habla de la compañía como si fuera parte de su familia, no sólo porque uno de sus modelos la protegió cuando embistió contra un camión, ni porque allí conoció a su marido, sino porque ha hecho una carrera de 14 años que la llevó en abril pasado a convertirse, con 40 de edad y dos hijos, en la primera mujer en conducir una terminal automotriz en nuestro país.

El CEO global de la multinacional que fabrica la marca Chevrolet, Dan Akerson, le acaba de anunciar a Cristina Fernández de Kirchner una inversión de US$ 450 millones para producir un vehículo de proyección global desde 2015, en la planta que tienen en General Alvear, cerca de Rosario. En diálogo con PERFIL, aseguró que le han encontrado la vuelta a las reglas no escritas del Gobierno, pero al mismo tiempo situó como preocupación número uno el impacto de la inflación.

—Mientras muchos de sus colegas hablan de incertidumbre, su compañía se despacha con semejante inversión. ¿Qué película están viendo?

—Como empresa, no decidimos hacer o no hacer inversiones por el día o por el año. Desde que pusimos la fábrica en Alvear (hace 15 años) estamos viendo qué significó para nosotros y qué significa a partir de ahora. El compromiso es seguir creciendo y seguir creciendo dentro del país. Como en cualquier mercado donde uno sitúa sus operaciones, como cualquier país emergente, la Argentina, al igual que Brasil, México o Venezuela, hay altos y bajos. El tema es ver si esos altos y bajos te siguen mostrando crecimiento. Si nosotros vemos lo que ha crecido la Argentina en patentamientos, no tenés nada que te diga que tenés que dudar de que va a seguir creciendo. La Argentina todavía es un mercado de 860 mil autos y podemos llegar a 920 mil autos, fácilmente.

—¿No los complica el no poder girar dividendos?

—Cuando entramos en un país a participar, entendemos que hay reglas y que hay que acomodarse a ellas. El Gobierno ve una situación donde necesita que los dividendos se queden. Es una decisión que el Gobierno tomó y una solicitud que el Gobierno nos ha pedido. No sabemos qué va a pasar dentro de uno o dos o seis años. Puede ser que esto cambie, puede ser que quede peor. Lo importante es que entendemos que esa es la forma en que hoy estamos trabajando en la Argentina. Nos preparamos sabiendo que durante este año no íbamos a poder girar dividendos.

—¿Y el año que viene?

—Para el año que viene, todavía no lo hemos hablado con el Gobierno. Estamos imaginando que vamos a seguir la misma forma de este año, que es el peor de los escenarios, que no podamos girar dividendos. Si el Gobierno lo permite, tendremos una oportunidad.

—¿Cómo están cerrando 2012?

—Pudimos ajustarnos a la caída de Brasil para que no haya un impacto. Tocamos madera porque no tuvimos paradas de producción ni despidos. Con los insumos tampoco hemos tenido problema. Hemos trabajado con cada proveedor para no tener paradas de producción por insumos.

—¿Cómo afecta la inflación a la competitividad de la compañía?

—Es preocupante. Gran parte de nuestro costo es laboral. Es menos del 20%, pero los proveedores tienen su impacto de costo laboral que está atado a la inflación. La inflación es algo acumulativo y a lo largo de los años puede ser perjudicial. Esa es la gran preocupación que tengo en este momento.

Nota publicada en la edición impresa Nro. 725 del Diario PERFIL

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