Shock blue: parate inmobiliario, más inflación y estancamiento del empleo

Sin referencia cambiaria, desapareció la compraventa de inmuebles. Parte de la industria repone insumos según la cotización informal. Podría subir el techo de reclamos salariales.

Redacción Fortuna

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Ni blanco, ni verde, ni celeste que le cueste. La escalada que el dólar azul empezó a recorrer hace quince días hasta llegar a $ 7,50 y separarse así en 50% del dólar oficial, echó por tierra la esperanza del sector inmobiliario de que mejore el parate que signó al 2012 y amenaza con convertirse en la referencia de los sectores productivos donde el atraso cambiario impacta más fuerte, como la industria.

Así, el dólar que el Gobierno desestima por marginal, podría poner en riesgo la recuperación de la actividad económica con nuevas bajas en la construcción –en once meses de 2012 el sector acumula una caída del 2,7%–y alerta sobre el freno del empleo y el ingreso de capitales, en especial cuando implique canalizar dólares desde el exterior que sean liquidados a valor oficial.

Fiel al argumento de que la emisión y la inflación van de la mano, el economista jefe del Banco Ciudad, Luciano Laspina, sostiene que ahora el dólar paralelo se suma como tercero en discordia por el atraso cambiario que podría jugar a favor del Gobierno a la hora de intentar contener salarios.

“La tasa de devaluación del dólar paralelo en 2012 igualó en el último año a la tasa de expansión monetaria (38%). El salto del dólar paralelo amenaza con impactar en la fijación de precios de distintos productos importados y exportables y agregar un nuevo condimento que podría, sin buscarlo, acelerar aquella convergencia entre la emisión y la inflación”, escribió.

Para el Gobierno la suba es estacional, algo que también explican los operadores de mercado. Para los economistas de Abeceb.com, la consultora de Dante Sica, la brecha volvería en marzo a niveles de fin del año pasado (alrededor del 35%) terminada la demanda turística y si se produce una ayuda de la liquidación del campo, siempre y cuando los productores no decidan recurrir al mercado paralelo para transformar sus réditos en dólares.

“Si bien se espera que 2013 presente un panorama algo más despejado en materia cambiaria que tendería a quitar presiones al blue, el mercado paralelo seguirá en el centro de la escena en la medida que el ritmo de devaluación se mantenga lento frente al avance de los precios domésticos”, explicaron en la firma de consultoría. En la tierra de expectativas, en tanto, algunos economistas alertan sobre la posibilidad que los formadores de precios quieran jugar con costos más cercanos al dólar paralelo, y que de forma anticipada los gremios puedan salir a reclamar más aumentos en las paritarias.

En tanto, la brecha sigue desalentando las operaciones inmobiliarias. “Se volvió a paralizar el mercado, incluso en las operaciones que se hacen en billete verde”, relató Armando Pepe, fundador de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CAI).

“En los primeros días del año teníamos la sensación en el mercado de que quien se cansó de esperar que los precios bajaran empezara a operar. Porque los precios no bajaron. En la primera semana del año, habían sonado un poco más los teléfonos”, agregó el representante de las operadoras de inmuebles. Pero ahora, hay silencio.

El dólar celeste, denominado así porque quedaba a mitad de camino entre el blanco oficial y el paralelo azul, prácticamente no se pacta o está cada vez más oscuro. Y 95% de las operaciones en propiedades se hacen en billete verde cuando se trata de unidades terminadas y usadas y el que acepta los pesos es porque ya los tiene previstos para otra inversión.

“El 2012 fue el peor año para el sector inmobiliario y de la construcción y nada indica que las condiciones vayan a cambiar en 2013”, ponderó por su parte el director de Reporte Inmobiliario, Germán Gómez Picasso. “La suba del dólar paralelo aleja a los inversores y a los compradores en el mercado inmobiliario porque el valor en pesos va aumentando rápidamente”, explicó.

La vivienda, entonces, se torna cada vez menos accesible en un país con escasa oferta de créditos hipotecarios y serias limitaciones en el acceso a la casa propia que el Gobierno aspira a compensar con el programa ProCreAr y la obra pública mientras la pesificación del sector no termine de tomar forma.

Nota publicada en el diario PERFIL

20-01-2013

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