Un Papa argentino contra el FMI

Desde 2001, Bergoglio fue crítico de las entidades financieras y de la deuda externa.

Redacción Fortuna

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Por su formación jesuita y cercano a la Doctrina Social de la Iglesia, Jorge Mario Bergoglio, consagrado como el 266º sumo pontífice, fue crítico de las políticas económicas que generaron pobreza, tanto en la Argentina como en Europa.

El flamante Papa ya tomaba posición en 2001, cuando durante sus homilías condenaba abiertamente la situación social del país, aún cuando tenía enfrente al entonces presidente Fernando De la Rúa escuchando la misa. En agosto de ese año, Bergoglio presentó el documento Conferencia Episcopal Argentina, en el que la Iglesia plantó posición ante la situación delicada que vivía el país. El texto cuestionaba "algunas de las enfermedades sociales más graves que padecemos, de reflejo político y económico", en referencia directa al "más crudo liberalismo".

Ya en ese entonces, el ahora llamado Francisco hablaba del Estado como "un instrumento creado para servir al bien común, y para ser el garante de la equidad y de la solidaridad del entramado social". Reclamaba una "red social" para contener a los pobres y condenaba "dos enfermedades, la evasión de los impuestos y el despilfarro de los dineros del Estado, que son dineros sudados por el pueblo". El documento concluía con una crítica a "la deuda externa que aumenta cada día más y nos dificulta crecer".

El nuevo Papa haría numerosas misiones sobre el tema. Incluso, y a pesar de sus enfrentamientos con el kirchnerismo, respaldó públicamente el proceso de reestructuración y negociación con los tenedores de deuda externa en 2005.

En octubre de 2011, ya consagrado como referente mundial de la Iglesia, firmó un documento vaticano contra las políticas de ajuste que se comenzaban a aplicar en los países europeos. Afirmaba entonces que "el FMI ha perdido su capacidad de garantizar la estabilidad financiera global" y recomendaba un nuevo Banco Central Mundial basado en "lo espiritual y la ética".

"El liberalismo económico sin reglas y sin controles es una de las causas de la actual crisis económica", sostenía Bergoglio, al crear "mercados financieros fundamentalmente especulativos, dañinos para la economía real, especialmente en los países débiles".

El documento, firmado por el Pontificio Consejo para Justicia y Paz", basaba su posición en la encíclica "Caritas in Veritate", de Benedicto XVI, donde también el argentino había tenido influencia.

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