Más gasto público no mejora el Estado

En Argentina, el sector público representa más de un tercio de la economía, pero eso no implica un mayor crecimiento. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Diego Bossio, titular del ANSES, uno de los principales motores de la expansión estatal. Foto: Télam.

Por AlejAndro Caldarelli (*)

Una visión regional muestra que las altas tasas de crecimiento no son un fenómeno exclusivo de Argentina. En la última década la mayoría de los países de la región crecieron a un ritmo superior al promedio histórico. Es más, entre 2003 y 2012 varios países de América latina mostraron tasas de crecimiento promedio más elevadas (y más estables) que Argentina con recetas económicas aplicadas opuestas a las nuestras.

Puntualmente, el crecimiento promedio de Perú (6,5%), Colombia (4,7%) y Chile (4,6%) superó al logrado en Argentina durante los últimos años. El punto relevante a destacar es que Chile, Perú, Colombia y Brasil crecieron más que Argentina sin aplicar un modelo basado en el aumento de la dimensión del Estado. Al mismo tiempo y también diferenciándose de Argentina, en ninguno de estos países aumentó la presión tributaria

En pocas palabras, el hecho que todos los países hayan crecido fuertemente muestra que no necesariamente hay una relación causal positiva entre Estado más grande y crecimiento a tasas elevadas.

El tamaño del Estado puede medirse por aproximación mediante el peso de la recaudación y del gasto público sobre el PBI. Sin embargo, ni la presión tributaria ni el nivel de gasto nos permiten inferir la calidad o eficiencia en la gestión del Estado ya que 100 millones de pesos gastados en subsidios a la tarifa del gas domiciliario son cuantitativamente iguales a 100 millones de pesos invertidos en infraestructura energética y/o de transporte. Por el contrario, la asignación eficiente del gasto público es, en definitiva, la que muestra la calidad de gestión del Estado, que debe traducirse en mejoras progresivas en la calidad educativa y de la salud pública, por ejemplo.

La tasa de crecimiento promedio anual coincidió con un incremento del gasto público (nación y provincias) de 13 puntos porcentuales en términos del producto entre 2003 (25%) y 2012 (38%). Medido en pesos, el gasto público pasó de $ 73.490 millones (2002) a $ 896.629 millones (2012), lo cual implica un aumento de 1.220%, que supera holgadamente el incremento del nivel general de precios (334%) y la suba del PBI nominal (694%) acumulado en el mismo período

Centrando el análisis en los recursos tributarios, Argentina experimentó un aumento de la presión tributaria que también muestra similar incremento del tamaño del Estado. Entre 2003 y 2012, la presión tributaria total habría aumentado también 13 puntos porcentuales, pasando de algo más del 20% (2002) a casi el 34% (2012) del PBI. En síntesis, con la implementación del actual modelo económico el Estado pasó de menos de 1/4 a representar más de 1/3 de la economía argentina.

La tasa de desempleo se redujo fuertemente en 2003/2008, mientras que en 2009/2012 sólo se mantuvo estable en torno al 8% en promedio. Según la encuesta permanente de hogares del INDEC, la tasa de desempleo del tercer trimestre del 2012 se ubica en torno al 7,6%, lo que implica un leve aumento con respecto al dato del mismo trimestre de 2011 (7,2%).

La pérdida de dinamismo del sector privado a la hora de crear puestos de trabajo responde fundamentalmente a la política económica del gobierno. Las inconsistencias de política macroeconómica, las trabas a las importaciones, el cepo cambiario y los problemas estructurales sin resolver que atentan contra la inversión terminan impactando negativamente en la creación de nuevos puestos de trabajo privados.

Las restricciones a la compra de dólares, que generan un mercado cambiario paralelo, impactan negativamente en la formación de expectativas, en la fijación de precios y en las decisiones de inversión del sector privado. Menos inversión es menos trabajo y menor crecimiento.

(*)Director De la consultora economía & regiones.

Lea la columna completa en la última edición de la revista FORTUNA.

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