El auto, una APP store sobre ruedas

El coche está siguiendo el camino del smartphone y, con el avance de Internet, este sector industrial cambiará de forma más radical que durante todos los 100 años anteriores. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Andrei Sokolov, Heiko Lossie y Antonia Lange (*) Lo que ocurre es que los fabricantes de automóviles están cediendo tanto control como nunca antes a través de convenios de cooperación con empresas de tecnología de la información. Muchas veces es un acercamiento difícil, plagado de roces. "Es un choque entre dos mundos diferentes", dice un conocedor del sector. Algunos fabricantes de coches siguen aferrados a la costumbre de hacerlo todo ellos mismos. "Tenemos que encontrarnos", dice al respecto Christian Senger, de la empresa alemana Continental.

En el camino de la integración del coche en la red informática ya hemos llegado a un punto de no retorno. "Sería ingenuo suponer que cuando el automóvil se convierte en un segmento de Internet, Internet va a seguir las reglas de juego de la industria automovilística", dice Ralf Lenninger, encargado de los contactos de Continental con el sector de la tecnología de la información. "El coche integrado en la red solo se puede fabricar en industrias integradas en la red".

Por ejemplo, en el Salón del Automóvil de Fráncfort 2013, que acaba de cerrar sus puertas, Continental anunció una asociación con el gigante de la tecnología de la información IBM con el objetivo, entre otros, de incorporar servicios de Cloud en el automóvil.

La empresa de equipamiento de red Cisco ya está cooperando y se está buscando a más socios. Se trata de incorporar, por ejemplo, mapas callejeros de alta precisión, dice Senger, jefe del departamento de investigación sobre electrónica automovilística de Continental.

Una empresa como Nokia intenta sacar provecho de esa innovación. La compañía finlandesa, que recientemente selló la venta de su división de celulares, participó por primera vez en el Salón del Automóvil de Fráncfort, donde presentó una plataforma para servicios online.  Lenninger está convencido de que con el paso del tiempo el automóvil se convertirá en una especie de App Store sobre ruedas. "Está naciendo una plataforma para aplicaciones de otros proveedores con funciones que hoy ni siquiera podemos imaginar todavía". Hay compañías de seguros que ya están incorporando al coche cajas que adecuan las tarifas al estilo de conducción.

Los mapas en el equipo de navegación pueden ser actualizados o se bajan directamente de la nube. Las apps pueden señalar los sitios libres para estacionar o transmitir informaciones personales a los servicios de rescate en casos de accidente. Apenas existen límites para la fantasía. "Necesitamos en el coche una plataforma abierta a la que puedan subir todos los proveedores de servicios", subraya Reinhard Clemens, presidente del consejo de administración de T-Systems, subsidiaria de Deutsche Telekom. "Nosotros creemos que la estandarización de interfaces es esencial para la rápida incorporación de la tecnología", dice Frank Försterling, director de innovación de Continental.

El principal proyecto para el desarrollo del coche integrado en la red es la conducción autónoma. En este ámbito, el Salón del Automóvil de Fráncfort ha mostrado enormes avances.

Por ejemplo, la empresa proveedora francesa Valeo presentó en la feria celebrada hace dos años un sistema que permite estacionar marcha atrás en un ángulo de 90 grados. Ahora, el coche dotado con la técnica de Valeo busca de forma completamente autónoma un lugar libre en un aparcamiento. Daimler hizo una prueba con un automóvil desarrollado a partir de un Mercedes de la clase S que recorrió de manera autónoma un trayecto de unos 100 kilómetros entre las ciudades de Mannheim y Pforzheim. La compañía subrayó que la técnica utilizada puede ser incorporada muy pronto en la producción en serie.

Sin embargo, ¿están dispuestos los automovilistas a pagar más por todos esos avances? El proveedor de componentes para automóviles Bosch hizo un estudio para averiguarlo. "En términos generales, las personas encuestadas mostraron cierta reserva cuando se trata de gastar más dinero en esas funciones", señala el informe.

Los encuestados sí dijeron estar dispuestos a pagar más por funciones como el frenazo automático o el piloto para maniobras de elusión. "El arte está en evitar el exceso tecnológico", dice Senger.

El presidente de Renault, Carlos Ghosn, entre otros, pronostica que el coche de conducción autónoma será algo normal en el año 2020 aproximadamente. "Hasta entonces habremos solucionado los problemas que se presentan actualmente", aseguró Ghosn en Fráncfort. "Conocemos las soluciones. Solo tenemos que procurar que estas sean seguras y asequibles". Al mismo tiempo, admite que aún no está resuelto el problema de la responsabilidad cuando un coche de conducción autónoma se ve implicado en un accidente. ¿Quién es el responsable? ¿La persona que está al volante sin conducir o el fabricante?

(*) DPA

30-9-2013

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