"El suelo argentino es el mejor del planeta para el cultivo de Malbec"

Desde la Asociación Argentina de Sommeliers explicaron a FortunaWEB la razón por la que esta variedad de vino es considerada la mejor del mundo. Con qué platos marida y qué mercados la eligen. Por Barbara Roesler Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

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Por Barbara Roesler (*)

Cuando de vinos argentinos se trata, no caben dudas de que el Malbec es el más emblemático. Elegido tanto en el exterior como por los consumidores locales, esta variedad es tan versátil como tradicional: hay versiones para cada ocasión y paladar, lo que la transforma en una de las bebidas alcohólicas características de la mesa nacional.

El próximo 17 de abril se celebrará el Día Internacional del Malbec, en honor a la fundación, en la Mendoza de 1853, de la Quinta Normal, pionera en la producción de este vino. Domingo Faustino Sarmiento había destacado la importancia de la industria vitivinícola a nivel mundial, por lo que decidió, como presidente, impulsar su desarrollo en el país. Así, llegaron varias cepas desde Europa, entre ellas la del Malbec. Y todas -sobre todo esta última- encontraron en estas tierras el sitio ideal.

"La Argentina tiene una característica particular, esa que le gustó al Malbec para adaptarse a nuestro país, que tiene que ver con el clima: un clima seco y cálido en comparación con otras regiones vitivinícolas del mundo, lo que le permitió a las plantas adaptarse a fin de lograr una buena calidad de fruta producto de una madurez ideal para elaborar los vinos", explicó Alejandro Iglesias, miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers, a FortunaWEB.

Otra de los rasgos que destacó el experto fue la altura de los terrenos que son destinados a los viñedos. "La Argentina desarrolla lo que se denomina vitivinicultura de altura. Si comparamos las regiones vitivinícolas argentinas con las de otros países, las nacionales tienen un promedio de altura de sus viñedos cercano a los 600 metros sobre el nivel del mar, con algunos picos de viñedos que se ubican en los 3 mil metros. A este ámbito el Malbec se adaptó; si se lo busca en otras regiones del mundo, siempre se lo encuentra a 100, 150 metros sobre el nivel del mar, por debajo de lo que hoy hablamos aquí", señaló Iglesias. La amplitud térmica de montaña, con días cálidos y noches frescas, lleva a que la uva realice "un ejercicio diario de madurez y descanso" que le permite, llegada la vendimia, contar con una maduración óptima para la elaboración de vinos amigables.

Este conjunto de factores, denominado terruño o terroir, permite elaborar ejemplares de excelente calidad. "El Malbec se caracteriza por ser un vino amable, sabroso, fácil de ver, cuya cepa permite elaborar desde vinos simples y expresivos hasta otros muy complejos y elegantes", explicó el sommelier. Y esto se debe a las características particulares de nuestra tierra. "Es decir que está comprobado que el suelo argentino es el mejor lugar del planeta para el cultivo del Malbec", afirmó Iglesias.

El elegido por el mundo

El sommelier sostuvo que, actualmente, casi todas las naciones del mundo eligen el Malbec nacional. "Hablamos de más de 200 mercados, incluso el asiático", afirmó. El podio de países importadores lo ocupan los Estados Unidos, Canadá y Brasil, seguidos en la lista por el resto de Latinoamérica, Inglaterra y otros mercados europeos. "Los tres primeros absorben aproximadamente un 40%, 50% del total de las exportaciones, son nuestros principales mercados", indicó.

No sólo se exporta el Malbec mendocino, que es el más emblemático -y el más elegido-: también los ejemplares provenientes de San Juan, La Rioja, Salta, Catamarca, Jujuy, Río Negro y Neuquén.

El Malbec en la mesa de los argentinos

Cuando, a comienzos del siglo XX, la vitivinicultura nacional se había afianzado, el vino comenzó a formar parte del día a día gastronómico de los argentinos. Según comentó el experto, "hay registros que ya para mediados de 1900 existían algunas versiones de Malbec al 100%, pero en esas épocas no se lo comunicaba: el vino era blanco o tinto, no había mucha preocupación por cómo estaba compuesto". Así, tanto completamente puro como formando parte de vinos de corte -"el corte típico local fue, por décadas, Malbec/Cabernet Sauvignon/Merlot", señaló Iglesias-, el tema es que siempre esta cepa estuvo presente en la mesa local.

No obstante, fue recién en la década del 90 cuando el argentino comenzó a reconocerlo y a elegirlo de manera consciente.  "El consumidor local se siente muy identificado con la cepa por varias cuestiones: principalmente, porque es un vino muy sencillo en cuanto a que es fácil de tomar. Siempre tuvo esa imagen de vinos como el Cabernet o el Merlot que eran vinos mucho más sofisticados, que demandaban un poco más de conocimiento, vinos para expertos. Y en el Malbec encontró un vino sencillo, amable, jugoso, que se adapta a la gastronomía local y a cada una de sus necesidades: ya sea para regalar, para consumir en la mesa de todos los días o para un asado, siempre hay un Malbec disponible en la góndola", indicó el especialista.

Buen compañero

Una de las virtudes centrales del Malbec es su adaptabilidad a la gastronomía nacional. Para Iglesias, "en un país en cuya dieta tiene una presencia predominante la carne, esta variedad es la compañera ideal por su frescura, su buen volumen de paladar y por ser un vino redondo".

Sin embargo, también marida con otros sabores, gracias a la posibilidad que brinda la cepa de elaborar vinos Malbec tanto frescos y ligeros como más sofisticados, intensos y estructurados.

"Con las pastas hace un maridaje fantástico. Los más frescos y ligeros son ideales para preparaciones como pastas con rellenos suaves, con rellenos de queso, con algunas salsas mediterráneas, con tomate y hierbas. Hay algunos Malbec que se pueden adaptar fantástico a las carnes blancas, como la de pollo: el pollo con papas, que por lo menos una o dos veces al mes en casa se come", explicó Iglesias.

Y dejó caer un mito: que el pescado sólo puede acompañarse con vino blanco. "Hay algunos pescados que se llevan muy bien con el Malbec fresco y ligero, básicamente los pescados de río, que suelen ser más carnosos y grasos, con una mayor intensidad de sabores", sostuvo el sommelier, al tiempo que agregó: "El Malbec también nos ofrece estilos frescos como el rosado, que se combina bien con pescados como el salmón, el sushi o el lenguado, o que puede acompañar gastronomía peruana como el ceviche".

"Hay una diversidad en materia de Malbec que es la que nos permite encontrar siempre una etiqueta para acompañar cualquier plato que tengamos adelante, incluso los postres (...). Para nosotros se transforma en una cepa ideal gracias a su versatilidad en cuanto a lo que es el estilo final y las posibilidades que da durante la elaboración", concluyó Iglesias.

ACTIVIDADES POR EL DÍA INTERNACIONAL DEL MALBEC:  Esta tarde, Wines of Argentina convoca a todos los jóvenes de entre 25 y 35 años a El Dorrego -Zapiola 50, entre Dorrego y Concepción Arenal, Palermo-, a la jornada Malbec Making Noise, una iniciativa en la que se podrán degustar ejemplares de más de 30 bodegas al ritmo de la música de DJs invitados. También se dictarán charlas sobre el consumo responsable. En tanto, varias vinotecas y restaurantes preparan actividades especiales para este mes en torno al Malbec, en concordancia con los más de 60 eventos que tendrán lugar en 44 países del mundo, entre ellos los Estados Unidos, Canadá, Brasil, México, Inglaterra y Perú.

(*) Especial para FortunaWEB

04-04-2014

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