Para The Economist, CFK está debilitada y Boudou es un inútil

La prestigiosa publicación económica fue lapidaria con el futuro próximo. Economía ortodoxa y remarla hasta el final del mandato.

Redacción Fortuna

La revista británica The Economist consideró "debilitada y aislada, pero todavía poderosa" a la presidenta  Cristina Fernández de Kirchner, en un anticipo de la nota que publicará mañana sobre el "psicodrama" de la jefa de Estado.

El texto, que considera un "inútil" al vicepresidente Amado Boudou, recuerda que años atrás, "en una cena en la residencia presidencial", hubo una "pelea entre el presidente Néstor Kirchner y uno de sus ministros", a quien el fallecido ex mandatario luego "le pidió que regrese a terminar de comer".

"El ministro dudó, pero aceptó, pero cuando se estaba sentando nuevamente, la mujer del Presidente, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner, lo paró y le dijo 'Quien se levanta una vez de mi mesa, nunca más se sienta con nosotros otra vez", reveló la publicación.

The Economist, que semanas atrás se refirió a "la parábola de la Argentina" y propuso "aprender de 100 años de declive" del país, abordó ahora "el psicodrama de CFK" y consideró "debilitada y aislada, pero todavía poderosa" a la Presidenta, cuya actitud exige "lealtad, no debates".

"Problemas económicos y una caída en su aprobación la han debilitado. Pero se mantiene como la política más poderosa de la Argentina", indicó la nota, que sostuvo que Kirchner era su "compañero y protector" y que la Presidenta "se acostumbró a estar a cargo de todo", con un círculo íntimo al que "pocos" acceden.

"En materia económica, su mayor debilidad, la Presidenta confía en Juan Carlos Fábrega, titular del Banco Central, y en Axel Kicillof, su joven y dogmático ministro de Economía. Pero el verdadero círculo íntimo de la señora Fernández consiste de dos personas", planteó.

En ese sentido, mencionó que "su consejero más cercano es Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica. Zannini ha mantenido un perfil tan bajo que pocos argentinos reconocen su nombre. Los cercanos a él lo llaman 'El Chino' por su tendencia maoísta durante los '70".

"Su otro confidente es su hijo, Máximo, que abandonó la universidad y vive en la lejana Patagonia. Si bien no tiene un cargo electoral, Máximo tiene mucho poder como fundador y líder de La Cámpora, una agrupación juvenil cuyos seguidores ocupan cargos directivos en empresas públicas y compañías privadas".

La segunda parte del texto llevó por título "Prada y progresismo", enfatizó que "dar marcha atrás no es parte del estilo de la Presidenta. La palabra 'error' no está en su vocabulario. Eso, muchos especulan, es la razón por la cual no despidió a Amado Boudou, su inútil vicepresidente".

The Economist también aludió al "pragmatismo" de la jefa de Estado, a partir de gestos como "la compensación a Repsol, nueva y más creíble estadística sobre inflación, un recorte a los subsidios de agua y gas, y una relación más amistosa con Jorge Bergoglio, ex arzobispo de Buenos Aires conocido ahora como el papa Francisco".

"Este movimiento hacia la ortodoxia será el rasgo distintivo del tramo que resta al mandato de Fernández. No está en su naturaleza ejecutar una vuelta en U y no hay nadie en su círculo íntimo que la inste a hacerlo. Hará lo necesario para prevenir un colapso de la economía, pero no lo suficiente para agarrar el toro por las astas. Esa tarea recaerá en su sucesor", aseguró la publicación.

Para la revista decana del mundillo económico y financiero "no está claro qué hará Fernández al dejar el poder". "Querrá mantener influencia, al menos para evitar que sus enemigos investiguen acusaciones sobre lavado de dinero y corrupción en su círculo", deslizó The Economist, revista para la cual "la Presidenta que una vez aspiró a un tercer mandato sigue teniendo poder, pero se le está escurriendo".