(Esta nota fue escrita en conjunto con Pedro Pinasco para Carta Financiera)
La economía colaborativa es una actividad disruptiva que parte de una motivación, compartida por todos sus miembros, para lograr un fin determinado.
Así, en 1997 los fans estadounidenses del grupo británico de rock Marillion, lograron recaudar mediante sus propias donaciones, los poco más de cincuenta mil dólares para concretar su gira por EEUU. O el caso de Alfredo Casero que logró de manera colaborativa los fondos necesarios para su película “Cha3dmubi”. En lo tecnológico, tenemos la consola de hardware libre “ouya” que recaudó un millón de dólares en tan solo ocho horas, cien mil más de los que necesitaban y llegando a un pico de ocho millones.
Quizás, producto de las recientes crisis económicas globales, nos hemos vuelto más cuidadosos al momento de gastar nuestro dinero, prestando especial atención a la retribución lograda en el consumo, ya sea en términos de felicidad o de necesidad cubierta.
La economía colaborativa no es una idea nueva pero la oportunidad está en su escalabilidad y eficiencia a partir de la tecnología actual (plataformas web), que agrega valor al crear confianza entre extraños rápidamente.
Se dice que así, como el siglo XX era caracterizado por el hiperconsumo, el siglo XXI está caracterizado por la economía colaborativa, donde prevalece el “acceso” por sobre la “propiedad” de un bien. Los tres grandes ejes que podemos encontrar en el libro “What’s mine is yours. The rise of collaborative consumption” son:
• Compartir bienes – sistemas basados en producto (P2P): pagar por el beneficio de utilizar un producto sin necesidad de adquirirlo. Ej: bicicleta pública compartida (bicing), trayectos en automóvil compartidos (carpooling).
• Intercambiar bienes – mercados de redistribución: bienes dejados de utilizar pasan a otros sectores donde se los necesite. Ej: sitios de subastas on-line (Mercado Libre), intercambio de ropa (Thredup.com).
• Estilos de vida colaborativos: se comparten espacios de trabajo (co-working), redes inalámbricas – wifi (Fon), apoyo colectivo de ideas (crowdthinking) y financiación colectiva (crowdfunding).
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