Los holdouts acusan al Gobierno de sentar bases para entrar en un default

Continúa la guerra de solicitadas entre el Gobierno y los fondos buitres. Ahora los acreedores de bonos en default advierten sobre los daños de entrar en cesación de pagos e insisten con negociar. La alusiva respuesta del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

La American Task Force Argentina (AFTA), un grupo que representa al fondo buitre NML que litiga contra el país en los tribunales de Estados Unidos por el pago de la deuda no reestructurada, advirtió que "el default es una elección" y subrayó que "es hora de negociar".

En una solicitada publicada simultáneamente en diarios nacionales, además de The Washington Post y The Wall Street Journal, la AFTA afirmó que "el tiempo se agota para la Argentina. Tiene hasta el fin de este mes para lograr un acuerdo con sus acreedores como parte de un proceso de arreglo según el fallo de la Justicia".

Se quejó de la negativa de la Casa Rosada a reunirse y remarcó que, en cambio, "las autoridades argentinas pronuncian discursos donde culpan tanto a las cortes y jueces estadounidenses como a sus acreedores por su propio apuro. Esto no constituye un comportamiento serio".

En la solicitada, los fondos buitre que reclaman el pago de US$ 1.330 millones de deuda no reestructurada rechazaron palabras del ministro de Economía, Axel Kicillof, respecto de que prefería entrar en default a acordar con los fondos de cobertura que litigan contra la Argentina. "El default no es para nada un juego político, ¿por qué lo contemplaría el señor Kicillof? Las personas más perjudicadas por un default serían los propios argentinos", advierte la AFTA y cita estimaciones realizadas por el economista Claudio Loser, ex directivo argentino del FMI, sobre los perjuicios del default. Entre esos pronósticos de Loser reseña "aceleración de la inflación", "poco acceso a la financiación para el gobierno, las empresas y las personas individuales", "mayor brecha cambiaria" y "terribles presiones sobre el sector social más vulnerable".

En cambio, los fondos buitre sostienen que si se evita el default la Argentina tendría "una baja de hasta US$ 70.000 millones en los costos de interés en los próximos 10 años"; "ahorros anuales de hasta US$ 825 millones para las provincias argentinas" y de "hasta US$ 2.000 millones para las empresas argentinas".

Además preanuncian "un alivio inmediato de la inflación" y "el fin de la necesidad del cepo cambiario". "Los acreedores de Argentina han declarado públicamente con frecuencia que estarían dispuestos a aceptar bonos como parte de un acuerdo y que negociarían con el fin de brindarle más tiempo a Argentina a cambio de lograr progreso social y concreto hacia un acuerdo. Pero los líderes de la Argentina deben aceptar sentarse y dialogar. El señor Kicillof se niega a hacer esto", se quejaron.

Finalmente consideraron que "es hora de que Argentina reclame que sus líderes se comporten de una manera seria y responsable para salvar a su país del default".

# El rechazo del Gobierno

Por su parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, salió esta mañana al cruce de esa nueva solicitada y advirtió que "no hay ninguna posibilidad de default" porque la "Argentina paga y cumple con sus obligaciones".

En alusión al juez de Nueva York Thomas Griesa, Capitanich aseguró que "son los mismos acreedores los que deben exigir al juez correspondiente" que habilite "la percepción de los pagos" que ya están depositados en un banco por parte de la Argentina.

Asimismo calificó a los fondos buitre de  "auténticos caraduras" y remarcó que "ninguno puso un centavo en la Argentina y compraron" títulos "a precio vil".

"NML, el fondo buitre, generó una demanda por un bono que adquirió en 2008 y el juez (Thomas Griesa) le reconoce una ganancia de 1.608%o. Ninguno de estos fondos buitre puso un centavo en la Argentina, por el contrario, adquirieron (títulos) a precio vil. Son auténticos caraduras", fustigó el funcionario.

Con DyN

16-7-2014

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