¿Qué hay detrás del "No hay Default"?

Hay muchas razones detrás del empeño del gobierno en no reconocer el default. Las principales parecen ser sobre costos y beneficios políticos.

Redacción Fortuna

kici

Por Federico Rouco

El gobierno se empeña en no reconocer el default, y esto parecería ser meramente por necedad. Pero no, hay muchas razones para que hagan esto. Más allá del costo político del doble default en 12 años, la idea es manejar expectativas, lo cual no sería algo muy erróneo.

Varias son las consecuencias de esta estrategia, que tiene algo de relato, como siempre.

En primer lugar, el intento por manejar expectativas vía la negación del default se choca con la realidad. El default, por ahora, no ha sido oficializado por ninguna agencia internacional, más allá de algunos intentos a principios de mes. Esto hace que no se pueda hacer efectiva la aceleración de los bonos defaulteados, lo que generaría una catarata de reclamos que exigirían el pago inmediato de las deudas. Esta es la primera razón por la que hoy no estamos oficialmente defaulteados.

En segundo lugar, el hecho de aceptar el default haría caer la demanda, aún mucho más de lo que ya viene cayendo en una economía que inicia su recesión. Sin embargo, la economía no entiende de relatos, por lo que la caída se ve de igual manera. El hecho de no relacionarla con una mayor precaución por parte de los consumidores es algo meramente retórico.

Tercero, según las encuestas, al gobierno le viene siendo útil la pelea con los buitres. La imagen de Cristina Kirchner está mejorando y un sector del Kirchnerismo busca posicionar a Axel Kicillof como precandidato en 2015. Es decir, además de no pagar el costo político, se está capitalizando la pelea.

El último acto del núcleo duro del Kirchnerismo, en el cual se hizo un show alrededor del slogan “Patria o Buitres”, da a entender que la pelea va a seguir. Hasta enero del 2015, al menos, donde se pueda empezar a negociar un pago que se acerque más a lo que Griesa ordeno. Por estos días, los HoldOuts han comunicado que no ven viable un acuerdo con privados, descartando cualquier intervención del sistema financiero local e internacional. Lo que no está descartado es que algún país amigo compre los bonos defaulteados, en un intento por ayudar a Argentina. A la región no le conviene que uno de los mayores productores caiga en default.

Más allá de lo que pase con los buitres, la situación económica nacional no parece mejorar en el corto o mediano plazo. El año que queda será uno donde la recesión se profundizara, el desempleo y la inflación aumentarán y el déficit fiscal será una estrella tratando de reactivar una economía herida. En el largo plazo, si no se ajustan estas variables, los problemas serán los mismos, salvo que en mayores magnitudes.

En cuanto a medidas, el gobierno parece no haber aprendido de sus errores: Tras el cepo cambiario, implementó Pro.Cre.Ar que no viene dando los resultados que se habían proyectado. Tras el impuesto a los autos, tuvo que buscar una reactivación del sector con Pro.Cre.Auto. En estos días, se quiere implementar una ley de abastecimiento, la cual viene a reactivar el consumo y un sector productivo deteriorados a raíz de la inflación y los precios máximos.

En el medio, como siempre, estamos nosotros. Los argentinos y habitantes de Argentina, que sufrimos todos los errores de la clase política. Lo ideal sería aprender de cada situación que vamos viviendo y no seguir votando a la misma gente de los últimos 30 años, sin importar de qué partidos sea.

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Federico-RoucoFederico Rouco es estudiante de Economía de la UCA y de la University of Leeds, Reino Unido. Es investigador adscripto en el Centro de Investigación Aplicada de la Escuela de Negocios de la UCA e Integra el Grupo Joven de la Fundación Libertad y Progreso. Twitter: @fgrouco

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