El modelo en el tacho: cae el volumen de la basura recolectada

En Capital y GBA se generó 12% menos de residuos que hace un año. Bajan 30% los desechos industriales. Hay más alimentos vencidos porque no se venden.

Redacción Fortuna

Por Patricia Valli (*)

La menor actividad económica se refleja en los números macro, pero también en las escenas de la vida cotidiana. Y en medio de la cultura de lo descartable, la caída del consumo se convierte en un insospechado aliado del medio ambiente de la mano de una caída en la producción de basura.

En lo que va del año, las estimaciones privadas hablan de una caída del PBI de 0,9% para el primer semestre, como marcó un análisis del estudio del economista Orlando Ferreres. Según el último pronóstico de Cepal, éste será un año de estancamiento: la suba de la actividad cerrará en sólo 0,2%, mientras que, según economistas privados, 2014 ronda una baja proyectada del 1,5 al 3%.

Como correlato de la menor actividad, según los datos de la Coordinación Ecológica del Area del Estado Metropolitano (Ceamse), en el último año se generó un 12% de residuos para ser enterrados en sus predios, más allá de las políticas de separación que puedan llevarse a cabo. En junio de este año se dispusieron 100.841 toneladas en la Ceamse, mientras que un año atrás, los desechos representaban 114.620 toneladas mensuales.

Fuentes del Grupo Roggio, a cargo de la concesión de Cliba en la zona 1, que abarca el sector Este de la Ciudad, confirmaron también esa tendencia. Para la empresa, se estima una caída del 4% interanual en su área de recolección.

“Se recoge menos basura, lo que quiere decir que hay menos consumo”, señaló el martes en una exposición de empleo en La Rural el titular de la CGT opositora, Hugo Moyano, que en un discurso muy político consideró que en el contexto actual hay “preocupación por la pérdida de puestos de trabajo y la precarización, con un aumento de la informalidad y salarios más bajos”.

El cuadro de menores ingresos impulsó la caída del consumo, que se traduce en un leve alivio para los rellenos sanitarios saturados por la falta de políticas extendidas de reciclado, reutilización y reconversión. “Ha caído lo que se envía a la Ceamse, más allá del impacto del programa de separación en origen”, ratificó el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño, Edgardo Cenzón.

Menos cartoneo. También los cartoneros plantearon una caída de la recolección: en especial en alrededores de los shoppings y zonas comerciales es del 20%. Así lo aseguró Pepe Córdoba, de la cooperativa Nuevos Rumbos. “No se nota tanto en Capital, pero sí más en Provincia”, explicó el responsable de la separación de celulosa, vidrio, plástico y chatarra.

Tanto en el caso de los cartoneros como de los camiones de basura, la caída en toneladas, en tanto, no repercute en la forma de trabajo, según coincidieron las dos partes. “El recorrido se mantiene, hay que hacerlo igual. La única diferencia es que, al final, el camión está menos lleno”, indicaron en el entorno de Moyano.

“Lo que se ve es una caída en la calidad de la basura también. En los asentamientos se cambió la botella de gaseosa por el sobre de jugo” para disolver, ejemplificó Córdoba, que consideró que hoy se están reutilizando más materiales –también para estirar el sueldo– tanto en las familias como en las industrias.

Por su parte, en el Gobierno de la Ciudad abonaron también esta explicación, que alcanza a todos los sectores. “Los de mayor poder adquisitivo recortan los productos premium, que por lo general tienen más packaging, y eso también hace que haya menos basura”.

Fábrica de basura. El escenario de menor recolección se repite además a nivel industrial, donde la producción acumuló en el primer semestre una caída del 2,4% interanual según el centro de estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA), que proyectó para todo el año una baja de la actividad manufacturera del 3% contra 2013.

La recolección de residuos industriales en los últimos tres meses cayó alrededor del 30%, según indicó un empresario del sector. Por la caída de las ventas de la industria alimentaria, por ejemplo, en un primer momento aumentó la actividad vinculada a las devoluciones de productos no vendidos o vencidos. “Después comenzó a bajar el movimiento y alcanzó la mayor caída de los últimos cinco años en la Ciudad y Gran Buenos Aires”, explicó el transportista. En las industrias pesadas (metales, automotriz, fábricas en general), “la merma va creciendo y el transporte de residuos es totalmente sensible, ya que hay menos desperdicios para recolectar”, agregó el empresario, que tiene una flota de veinte camiones, de los cuales hoy entre seis y ocho permanecen parados.

(*) Publicado en la edición 914 del Diario PERFIL.