La baja de la nafta aliviará la inflación pero reactivará poco

Por Santiago Spaltro | Economistas advierten que la medida no llega a compensar la pérdida de competitividad.. El campo, expectante por el gasoil.

Redacción Fortuna

El derrumbe de los precios del petróleo en el segundo semestre de este año –cayó desde US$ 107 el barril a 54,47 el viernes, un 49%– llevó al Gobierno a analizar una baja en el precio de las naftas, que trepó cerca de un 60% en el año. YPF y el Ministerio de Economía trabajan en esquemas impositivos para compensar a las empresas cuando el descenso en surtidores se haga efectivo.

El objetivo de Axel Kicillof y su equipo es doble: amortiguar la inflación e intentar incentivar la actividad económica, aunque varios analistas dudan de que realmente lo consiga.

Dado que gran parte de la economía argentina se mueve por transporte automotor y sus costos son altos, una baja en los precios de la nafta debería, por consiguiente, ayudar a que todos los precios generales caigan.

Marcelo Elizondo, titular de la Consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, explica: “Al abaratarse los costos de transporte debería haber un efecto general en el resto de los precios. Sin embargo, hay atraso cambiario local mientras en el resto del mundo el dólar sube, y con inflación general es todo relativo”. “El Gobierno tiene intervenido el mercado y fija los precios, por eso el contexto internacional no modificó nada en estos días”, agregó, y estimó que la inflación “puede reducirse por la recesión, pero no bajará del 25 o 30%, que es muy alta”.

Daniel Artana, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), también comentó que el Gobierno fijó un precio de 83 dólares el barril de crudo en Argentina y, si bien cree que debería haber una baja general de precios si cae el de la nafta, considera que una “eventual caída de 5% en el precio de los combustibles no es suficiente para cambiar en forma visible el panorama recesivo que sufre la economía argentina hoy”.

“Hay que ver si bajan el gasoil”, aclara Luis Etchevehere, el titular de la Sociedad Rural Argentina, sobre un eventual impacto de la baja en el combustible en la producción agropecuaria, que consume 3 mil millones de litros por año. “Y hay que ver si eventualmente el que presta el servicio traslada esa baja al productor”, indica, y ejemplifica además que en la producción un 7% del costo es combustibles.

Por su parte, el economista, docente e investigador Ricardo Aronskind consideró que podría “moderarse la suba de precios, que ya está en un bajo ritmo”. En el mismo sentido que Aronskind opinó Marcelo Luis Capello, economista jefe en el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral). “Si bajan los precios de los combustibles, en especial el del gasoil, podrían moderarse las subas en el costo del transporte, aunque difícilmente bajen”, indicó Capello, y señaló: “Sería una buena noticia en una economía en la que la inflación no da respiro, aunque también hay que remarcar que el esfuerzo fiscal no lo haría sólo el fisco nacional, sino, sobre todo, los fiscos provinciales, que verían reducir sus ingresos por la distribución del producido del impuesto a los combustibles”.

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