Vivimos en una sociedad privada de sueño

Por Daniel Cardinali (*) | El uso y abuso de los productos tecnológicos afectan negativamente los hábitos saludables.

Redacción Fortuna

Se estima que antes del invento de la lámpara eléctrica por Edison el hombre dormía unas 3 horas más que en las condiciones actuales. Y a veces inadvertidamente el progreso de la tecnología nos aleja más y más de un sueño reparador. Hemos reducido unas dos horas nuestro tiempo diario de sueño en los últimos 50 años y son muchas las razones para la falta de sueño en nuestra sociedad de funcionamiento continuo (“24/7”). Entre ellas pueden citarse los tempranos horarios de la escuela o el trabajo, las programaciones de TV que desplazan más y más el “prime time” a horas avanzadas de la noche y el desproporcionado estrés cotidiano.

Pero el principal factor precipitante ha sido el avance tecnológico a partir del desarrollo de la iluminación artificial de nuestra noche. La tecnología nos ha desvinculado del día natural de 24 horas en la que nuestra especie evolucionó. Cuanto más iluminamos nuestras vidas, menos dormimos. El último Premio Nobel de Física se otorgó al desarrollo del LED azul, indispensable para obtener iluminación con muy bajo costo energético y económico. No existe hoy dispositivo electrónico (notebooks, smartphones, tablets) que no utilice esta luz, rica en la porción del espectro lumínico que más inhibe la secreción de melatonina, la señal que cada día “abre las puertas de nuestro sueño”.

En el último mes se han publicado dos trabajos científicos que avalan lo expresado. En uno de ellos se verificó que el leer de una pantalla antes de dormir es mucho más disturbador del sueño que la lectura de un libro convencional (1). En el otro se ha comprobado que la luz del smartphone tiene el mismo efecto y por el mismo mecanismo en preadolescentes (2). Esto plantea la conveniencia de utilizar en las condiciones señaladas un suplemento de melatonina para conciliar el sueño normal. Afortunadamente la melatonina carece de efectos indeseados y es de alta seguridad terapéutica. No deje de consultar a su médico al respecto.

(*) El Dr. Daniel Cardinali es médico, Investigador Superior, CONICET. Profesor Emérito, Universidad de Buenos Aires. Director del Departamento de Docencia e Investigación, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Católica Argentina.

(1) Chang A et al., Evening use of light-emitting eReaders negatively affects sleep, circadian timing, and next-morning alertness. Proc Natl Acad Sci U S A. 2014 Dec 22. pii: 201418490.

(2) Falbe J et al., Sleep Duration, Restfulness, and Screens in the Sleep Environment. Pediatrics. 2015 Jan 5. pii: peds.2014-2306.

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