El sucesor de CFK gozaría de gran crecimiento en las elecciones de 2017

El Banco Mundial y las consultoras privadas corrigen hacia arriba sus proyecciones para 2015 y pronostican un repunte para el próximo mandato. Las causas.

Redacción Fortuna

El Banco Mundial cambió su visión sobre la evolución de la economía argentina y se animó a pronosticar un crecimiento de 3% para 2017. Pero el renovado optimismo no es exclusividad de la entidad internacional. Las consultoras privadas que siguen el nivel de actividad también parecen corregir hacia arriba sus proyecciones para 2015, con una buena noticia para quien suceda a CFK: podría haber un rebote más cercano al 5% en el segundo año de gestión del próximo Gobierno, el de las elecciones de medio término.

En seis meses, el BM pasó de predecir un estancamiento de 0,3% de la actividad a evaluar una expansión de 1,1% para este año. Para 2016 el repunte sería de 1,8%. Aunque no hay demasiadas precisiones, el nuevo informe descuenta cambios en la situación local tras las elecciones.

“Este año, Argentina mostrará un crecimiento moderado pero la actividad económica tomaría nuevo impulso en 2016 y 2017 gracias a la fortaleza del contexto macroeconómico y a la recuperación del acceso de los mercados internacionales de capital”, destaca el BM. Y agrega que la estabilización del frente fiscal y de los precios de los commodities permitiría renovar la confianza de los inversores en la región.

Para los economistas locales, esta mejora en la performance económica no es descabellada. Hay coincidencia en que se conjugarán dos factores que permitieron apuntalar un repunte en esta primera mitad de año: la cosecha récord de soja de 60 millones de toneladas y cierta habilidad del Gobierno para conseguir financiamiento. “Los resultados de marzo y abril mejoraron los números del primer cuatrimestre desde una caída de 2% a una de 0,7%”, explica Fausto Spotorno de OJF, mientras confiesa que estos datos pueden modificar el pronóstico de -1,6% anual que aún mantiene la consultora para 2015. “De todas formas, éste va a ser el mejor semestre del año por el empujón de la cosecha”, afirma. “Los dos últimos trimestres van a estar complicados.”

Por su parte, Lorenzo Sigaut Gravina de Ecolatina destaca que a principio de año la única opción que se perfilaba era sacrificar crecimiento para mantener la calma en el tipo de cambio. Simplemente porque los dólares no alcanzaban para las dos cosas. “Pero el Gobierno salió fuerte a buscar financiamiento y logró mantener la paz cambiaria y estimular un poco la actividad”, asegura. “Volvemos a un esquema más parecido al de los 90: con mayor ingreso de dólares financieros se moderó la restricción externa”.

Camilo Tiscornia, director de C&T Consultores, admite también que la consultora modificó una proyección de -1% a una más cercana a un principio de expansión. “Aunque todavía no se observa una recuperación fuerte del consumo, hay cierta mejora en la confianza del consumidor”, afirma.

“La otra alternativa es que el próximo Gobierno decida en 2016 pagar algunos costos para hacer correcciones más de fondo, principalmente en lo que respecta al atraso cambiario y a los precios relativos”, destaca Sigaut Gravina.

Por Florencia Barreiro. Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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