Las recetas de los candidatos para el tabú del final del cepo

Los técnicos de los presidenciables con más chances revelan cómo liberarían el acceso a dólares. Matices sobre las condiciones que deben darse para quitar las trabas.

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia y Patricia Valli (*)

¿Hasta cuándo durará el cepo cambiario? ¿Se puede levantar? La pregunta invade tanto reuniones empresariales y de analistas como charlas de sobremesa. El macrismo se mostró proclive a una salida rápida y a dejar que el mercado fije el valor del dólar, mientras que el sciolismo esboza un plan de mediano plazo. Para el massismo, en cien días habría correcciones como para avanzar en la salida.

El candidato a presidente del PRO, Mauricio Macri, prometió “dólar libre” el jueves ante unos 500 empresarios en el Hotel Alvear y devolvió el tema a la campaña. “No habrá cepo en su gobierno. El cepo afecta más las entradas de dólares que las salidas, por ello la migración hacia un tipo de cambio más flotante con un gobierno que recupera la credibilidad podrá realizarse sin mayores sobresaltos en la paridad cambiaría”, refrenda Federico Sturzenegger, uno de sus asesores. La salida puede ser rápida, aunque Macri planteó “noventa días” para recuperar la credibilidad. “Si las condiciones están dadas, no hay motivos para demorar el tema”, asegura el diputado por el PRO.

El plan del principal asesor económico de Scioli, Miguel Bein, apunta al gradualismo. “Una devaluación genera pérdida de poder adquisitivo. Los precios aumentan en línea con el tipo de cambio, en especial en los seis o siete productos esenciales de consumo popular”, explicó. Su programa busca evitar una baja del consumo y una recesión, para que no haya impacto en el empleo, explicó Bein.

Esta semana el ex presidente del Banco Central Mario Blejer, otro de los asesores de Scioli, había señalado que el cepo se puede resolver de forma inmediata separando el stock de deuda (por giro de dividendos) de los nuevos flujos. Pero en el sciolismo aclararon que ésa no es una de las alternativas en mente.

“Lo que no se puede hacer es ir a buscar un tipo de cambio que tenga que ver con las fuerzas del mercado sin antes reforzar las reservas del Banco Central”, remarcó Bein. Para esto, el financiamiento externo será clave, aunque no está atado a la resolución de la pelea con los fondos buitre. La salida del cepo, en tanto, se alinea con un plan para reducir el déficit fiscal a seis o siete años y bajar la inflación en un acuerdo de empresarios y gremios.

Con más dólares en las reservas, lo primero sería darles aire a las importaciones de insumos y máquinas para reactivar la industria y autorizar más giros de dividendos, aunque podrían ser pagados con bonos o sujetos a la reinversión en el país. Y después, si hay más dólares, se podría ampliar el ahorro.

Desde el Frente Renovador, que lidera Sergio Massa, el economista Aldo Pignanelli reiteró que su plan para levantar el cepo “es de cien días e incluye una decena de medidas fiscales, macroeconómicas”, que también apunta a la recomposición de reservas. “Es similar a lo que hicimos en 2002”, recuerda sobre la época que lo tuvo al frente del Banco Central y a Roberto Lavagna como ministro de Economía.

Para Pignanelli, el dólar de equilibrio hoy está en 11,50 pesos. “No es ni el 9,20 de Scioli ni el 15 de Macri”, asegura. “La idea sobre el dólar es mantener una flotación sucia, con administración del Banco Central. No estamos de acuerdo con el laissez faire de Macri”, aclaró, después de que Massa descartara un pacto con Cambiemos para octubre.

Para Sturzenegger, dónde se ubica el tipo de cambio depende de los factores de fondo: la productividad, el costo de capital, la eficiencia de la logística y el costo fiscal. Ayer, otro de los referentes económicos de PRO, el presidente del Ciudad, Rogelio Frigerio, aseguró que “con Mauricio Macri ese dólar es caro”.

(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.