Brasil usará reservas para frenar el dólar

Por Denise Chrispim Marin | Analistas advierten que la caída del real se debe más a la incertidumbre política que a la economía. Aseguran que la devaluación no dará más competitividad a sus exportaciones.

Redacción Fortuna

Desde San Pablo

Hacía seis años que Brasil no sufría un ataque especulativo tan fuerte contra su moneda como el de esta semana. Ante la crisis política del gobierno de Dilma Rousseff, que tiñe de incertidumbre el ajuste en las cuentas públicas, y de una posible rebaja de la calificación de las agencias Fitch y Moody’s, los mercados han reaccionado agresivamente contra el real, que llegó a ser cotizado a 4,24 por dólar el jueves, para cerrar a 3,99.

Ayer, tras conocerse la decisión del Banco Central de “quemar” reservas internacionales para contener la devaluación del real y el acuerdo de Dilma con el PMDB (ver recuadro), el dólar cerró a 3,97 reales. El presidente del Central, Alexandre Tombini, dijo que las reservas “pueden y deben” ser utilizadas para preservar el valor de la moneda.

“Está claro que la credibilidad de Brasil depende del ajuste fiscal a corto plazo, dijo a PERFIL Otaviano Canuto, director de FMI, para quien la compra voraz de dólares no tuvo argumentación razonable, ni puede ser calificada como “ataque especulativo”. Todo se debe, apunta, a los problemas políticos. “Las dudas de los mercados siguen puestas en la incertidumbre política. Pero hay convicción en todos los sectores políticos de que no hay otro camino que el ajuste”.

Para Canuto, Brasil no marcha hacia una situación “a la Argentina”, que sufre “las consecuencias de una crisis de la balanza de pagos combatida con propuestas populistas”. En Brasil, “hay una crisis fiscal generada por el activismo fiscal y por políticas heterodoxas del gobierno”, pero se ha evitado la adopción de medidas populistas, como el control de capitales o el congelamiento de precios.

Pese a que el Banco Central haya logrado contener la especulación y la rebaja de los títulos públicos, el escenario económico de corto plazo se agravó. En su Informe de Inflación, divulgado la semana pasada, el Banco Central estima que el PBI caerá un 2,7% este año, sobre la base de una tasa de 3,90 reales por dólar a final de año. En junio había proyectado una caída del 0,5%. “Las cosas van a empeorar antes que mejorar”, resumió Canuto, para quién el comienzo de la recuperación sólo llegaría a fines de 2016.

Sin beneficios. Pese al optimismo de quienes piensan que la devaluación del real beneficiará a las cuentas externas, José Augusto de Castro, presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), sostiene que el escenario ha complicado la vida de importadores y exportadores. El primer grupo enfrenta el dilema de romper contratos o absorber costos más altos en dólares. Los exportadores enfrentan la caída de los precios de las commodities y posibles barreras en sus principales mercados, como Argentina.

Estados Unidos es el único mercado sustancial para manufacturas de Brasil. China, sorprendentemente, compra más hierro y soja, en volumen”, explicó. Para Castro, “Argentina no debe temer una invasión de productos brasileños. La competitividad de nuestros productos no depende de la tasa de cambio, sino del eterno ‘costo Brasil’”.

Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL Nº 1029.

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