El debate presidencial y el dilema del prisionero

Por Federico Rouco | Este domingo se va a llevar a cabo el primer debate presidencial de nuestra historia, con la particularidad de que no todos los candidatos estarán presentes.

Redacción Fortuna

Este domingo se va a llevar a cabo el primer debate presidencial de nuestra historia, con la particularidad de que no todos los candidatos estarán presentes. Daniel Scioli rechazó la invitación a debatir con sus oponentes. Los debates deberían ser algo establecido por ley, impidiendo este tipo de actos, pero, sin embargo, esta actitud de Scioli es la más racional que podía tomar, aunque no la mejor desde el punto de vista social. La situación en la que dejó a los demás candidatos es muy similar a la del dilema del prisionero y, por eso, Scioli parece ser el que mejor saldrá parado de esta jugada.

El dilema del prisionero es un problema básico en la teoría de juegos y se utiliza para explicar cómo, aun cuando podría ser beneficioso para las partes, podría no llegarse al resultado óptimo a partir de la cooperación. La situación se ejemplifica con dos ladrones que se encuentran en salones separados y están siendo interrogados sin saber lo que pasa con el otro. Ambos están siendo acusados de haber cometido un crimen en conjunto. No existen pruebas suficientes para una condena, por lo que se busca una confesión. Se les ofrece el mismo trato a ambos: Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a diez años y el primero será liberado; Si uno niega el crimen y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre; Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años; Si ambos lo niegan, solo quedarán encerrados durante un año. Es decir, si ambos cooperan y niegan, el resultado será el mejor para ambos.

El problema es que, en este caso, hay incentivos a no cooperar, asumir que el otro negará todo y confesar. De esta forma, el que confiesa quedaría libre y el otro iría a la cárcel. Ahora bien, ¿Cómo saber que el cómplice no actuó igual? En consecuencia, ambos son arrestados por seis años, ya que no se sabe qué contesta el otro. Conclusión, al no saber qué hará el otro, la solución óptima que solo se da como resultado de la cooperación no tendrá lugar y ambos perderán.

El domingo estaremos frente a una situación similar. De los tres principales candidatos, solo 2 estarán presentes. En consecuencia, se pueden dar tres escenarios: a) Massa y Macri cooperan e intentan conquistar votos de Scioli sin agredir directamente al otro; b) Massa y Macri solo intentan conquistar votos del otro, unificando sus críticas hacia su oponente ahí presente; c) Massa y Macri diversifican sus dardos e intentan captar a todos los votantes.

De los tres escenarios, el de mayor efectividad para poder conseguir un presidente distinto a Scioli es el a), dado que entre ellos no se atacan y sí intentarán remarcar los errores de un gobierno oficialista desde un punto de vista opositor. Esto implicaría una unión de estos frente al Kirchnerismo, dando lugar a una oposición que cierre filas y entienda que lo importante es que el próximo presidente no sea parte del FPV.

El segundo escenario sería especialmente positivo para Scioli, dado que permitiría una división mayor de los votos opositores, ya que se dejan al descubierto las fallas de las alternativas no kirchneristas. Para Massa y Macri es especialmente peligroso este juego, dado que hay mucho más para perder que para ganar. Es posible que este haya sido el objetivo de Scioli al no presentarse al debate: dejar que la oposición se ataque entre sí y evitar el 5 contra uno que podría haber tenido lugar. De esta forma, es más fácil ganar en primera vuelta ya que podría pasar que ninguno consiga los votoso necesarios para forzar un ballotage y que Scioli supere el piso de 40%. El tercer escenario es similar al segundo aunque con un costo menor.

La decisión de Scioli de evitar la confrontación en un debate donde se expongan las ideas dejó a la oposición (entendida como todo el que no es parte del oficialismo) frente a una situación en la que tienen que elegir un rival. Como el principal oponente en las urnas no va a estar, deben decidir si tiene sentido discutir y poner en juego los votos de los presentes o si conviene unirse frente a un oponente común. El problema es que, de cooperar, el debate sería todo en torno a criticar a alguien que no está y que no podrá responder, más allá de que sea porque eligió no responder ni estar. En consecuencia, esto no sucederá y Massa y Macri irán al debate a disputar un número finito de votos, generando algo muy similar a un juego de suma cero, donde difícilmente se le quiten votos a Scioli.

En definitiva, Massa y Macri son prisioneros de la decisión de Scioli que, más allá de ser criticable en cuanto a la madurez de la democracia y del gobierno que viene, es racional desde el punto de vista de los resultados posibles. Así, la cooperación sería una solución óptima, aunque difícilmente tendrá lugar.

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Federico Rouco es Licenciado en Economía por la UCA y la University of Leeds y está cursando el Posgrado en Economía Social de la UCA. Además es Analista Económico de la Fundación Libertad y Progreso.

Twitter: @fgrouco

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