Leve recuperación del consumo en 2015

Redacción Fortuna

ISE 1047

Por ser un año electoral, el objetivo del gobierno en 2015 era apuntalar el consumo con el fin de posicionar de la mejor manera posible al candidato oficialista. Por tal motivo, durante el primer semestre del año se anunciaron medidas destinadas a dinamizar el gasto de las familias, principalmente de los sectores más vulnerables.

Este set de medidas estuvo básicamente concentrado en el aumento del gasto social. Entre éstas se incluyen el aumento en: Asignaciones Familiares, Asignación Universal por Hijo, jubilaciones, el incremento del monto y cantidad de beneficiarios del plan PROGRESAR y la incorporación de nuevos beneficiarios mediante la moratoria previsional, entre otros.

Mediante este paquete de medidas, el sector público inyectó casi $ 42.000 millones durante el primer semestre, logrando que en dicho período crecieran en términos reales los salarios (+0,5% i.a.), el haber mínimo jubilatorio (+6,1% i.a.) y la AUH (+8,7% i.a.).

De esta forma, el consumo privado se estabilizó en la primera mitad del año y, se esperaba que la transferencia del fisco a los hogares de menor poder adquisitivo tuviera pleno impacto en los meses previos a las elecciones.

Sin embargo, el comportamiento del consumo en el tercer trimestre dio señales disímiles. Mientras el gasto en pesos de las familias no fue tan dinámico como se esperaba, el consumo de bienes y/o servicios ligados a la evolución del tipo de cambio oficial cobró fuerza.

Esto responde a que la cercanía de las elecciones y el desfavorable contexto internacional (recesión en Brasil, volatilidad en los mercados financieros por la suba de tasas de la FED y la desaceleración de China) incrementaron las tensiones en el frente cambiario. La elevada incertidumbre se tradujo en un incremento de la demanda del “Dólar Ahorro” y mayor consumo de bienes y servicios ligados al dólar anticipando una posible corrección cambiaria.

Presiones cambiarias le ponen fin al veranito del consumo

En el primer semestre el gobierno logró alinear los incentivos para apuntalar el consumo en los meses previos a las elecciones para potenciar la performance del candidato oficialista en los comicios de octubre. La política fiscal fue más expansiva en el gasto social, los salarios reales crecieron tras la caída de 2014, los planes de financiamiento (Ahora 12, Renovate, etc.) regresaron con más fuerza, se estabilizó el frente cambiario y la inflación se moderó.

Pese a que en el primer semestre de 2015 el consumo agregado se estabilizó, se esperaba que la mejora de los ingresos reales tuviera pleno impacto en el tercer trimestre del año.

A partir de julio se observó cierta recuperación en el gasto de las familias, pero no fueron suficientes para dinamizar de manera significativa al consumo en su conjunto. De todas formas, cabe destacar que al interior del mismo la evolución fue muy heterogénea (tanto a nivel de rubros como de canales de comercialización).

En lo que respecta al consumo de bienes básicos, puede verse que la evolución no fue homogénea en el tiempo. Por ejemplo, de acuerdo a la consultora CCR, el consumo masivo no creció en los primeros nueve meses del año (-0,4% i.a.) producto de la caída verificada en el primer semestre (-1,1% i.a.) y una recuperación en el tercer trimestre (+0,9% i.a.) que fue traccionado por mayores ventas en autoservicios y almacenes (+1,3% i.a.).

Por otro lado, de acuerdo a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) el consumo minorista acumuló una expansión a octubre de 2,1% i.a. con una mínima mejora en los meses previos a las elecciones (+2,3% i.a. en julio-octubre) respecto del primer semestre (+1,9% i.a.).

En lo que refiere al rubro de bienes durables, se observó una marcada mejora dado su estrecho vínculo con la evolución del tipo de cambio oficial (ya sea por ser bienes finales importados o por requerir de insumos provenientes del exterior). Por ejemplo, las ventas minoristas de electrodomésticos crecieron 4,2% en la primera mitad del año, y treparon 4,9% i.a. en el período julio-octubre.

Algo similar ocurrió con la compra de automóviles: en el tercer trimestre los patentamientos de autos 0Km se incrementaron 2% i.a. luego del desplome verificado en la primera mitad del año (-18% i.a.).

Otro indicador que reflejó el repunte en la adquisición de bienes durables es la compra/venta de inmuebles, en el que se notó un cambio de tendencia con respecto a los últimos dos años. Por caso, en el primer semestre del año la cantidad de actos de escritura en la Ciudad de Buenos Aires creció 3% i.a., mientras que en el tercer trimestre trepó 17% i.a.

Por último, desde mediados de año creció fuerte el consumo de bienes y/o servicios dolarizados: el incremento de las expectativas de devaluación volvieron más atractivo al dólar oficial. Esto implicó que parte de la mejora en los ingresos en Pesos se trasladara al “Dólar Ahorro” y/o consumos dolarizados (turismo emisivo, compras en el exterior, etc.).

De hecho, en el período julio-octubre, los montos otorgados de “Dólar ahorro” fueron de US$ 680 millones promedio mensual, mientras que en la primera mitad de año la media ascendía a US$ 475 millones por mes. En otras palabras, los pesos que se cambiaron por moneda extranjera podrían haber sido canalizados en un mayor consumo.

Asimismo, el aumento de las expectativas de devaluación se tradujo en una mejora del consumo ligado al dólar oficial anticipando una posible corrección cambiaria. Por ejemplo, el consumo con tarjeta de crédito en el exterior (paquetes turísticos, pasajes, compras por internet, entre otros) creció 30% i.a. en el primer semestre. Y, entre julio y octubre, el gasto en dólares con tarjetas de crédito se disparó (+57% i.a.).

Más aún, el gasto de argentinos que vacacionan en el exterior (turismo emisivo) también reflejó las crecientes presiones cambiarias a partir de mediados de año. Mientras que en el primer semestre del año el gasto de los turistas argentinos en el exterior en dólares cayó 8% i.a., hacia el tercer trimestre de 2015 los desembolsos se incrementaron 24% i.a., mostrando un aumento significativo en el consumo de bienes y servicios en dólares.

Leve recuperación del consumo privado en 2015  

Si bien es cierto que los pesos adicionales volcados a la economía se tradujeron en una mejora del consumo, el efecto no fue tan vigoroso y duradero como se tenía previsto inicialmente.

Pese a los estímulos implementados para lograr dicho fin (push fiscal, planes de financiamiento, mejora de los salarios reales) las presiones cambiarias terminaron poniendo fin al “veranito” de consumo producto del deterioro de las “expectativas”. Las crecientes tensiones en el frente cambiario impulsaron la compra de bienes y servicios dolarizados pero frenaron el repunte de los demás rubros.

De hecho, el consumo que cobró mayor potencia a partir del tercer trimestre puede asociarse a uno más “especulativo”, dado que el gasto fue canalizado en bienes y/o servicios vinculados al dólar oficial (electrodomésticos, viajes al exterior, compra/venta de inmuebles, compras con tarjeta de crédito) ante la creciente expectativa de una corrección del tipo de cambio oficial.

Aunque el deterioro de las tensiones en el frente cambiario y en las condiciones macroeconómicas continuará, este año el consumo privado habrá recuperado una parte del terreno cedido en 2014.

Lamentablemente, el mayor dinamismo del consumo en bienes y servicios que demandan divisas atenta contra el menguante stock de reservas internacionales del BCRA, potenciando las presiones cambiarias desincentivando el gasto de las familias.

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