Macri estudia paritarias ‘en dos tiempos’

Técnicos de la oposición ya negocian con gremialistas dividir los aumentos: uno para la inflación acumulada tras el ajuste y otro que mire una proyección a la baja. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Mientras festejan que las encuestas los ubican como muy posibles ganadores, los equipos económicos de Cambiemos trabajan en, quizás, el momento más complicado que tendrá el debut de un eventual gobierno de Mauricio Macri: qué pasará con los precios y los salarios tras unificar el tipo de cambio en algún nivel entre los $ 9,60 del mercado legal y los 15 y monedas del paralelo. Lejos de la retórica para los medios que llevan adelante Rogelio Frigerio y Alfonso Prat-Gay con venia del jefe, un abanico de economistas que va desde el consultor Carlos Melconian hasta Hernán Lacunza, hoy con María Eugenia Vidal pero ex gerente del Banco Central, trabaja en delinear cuánto de la devaluación podrá terminar en los precios, y cómo ello impactará en las negociaciones salariales.

El primer consenso es que diciembre no será tranquilo. “Tenemos que tirar toda la carne al asador rápido”, les dijo en un encuentro de FIEL Melconian a empresarios presentes, “para que las medidas queden lo más lejos posible de marzo, del comienzo de las paritarias”, explicó aquel día. Y reveló que el cuadro que más mira en su estudio –y Macri también– es el del pass through, o vínculo tipo de cambio-precios. Porque en la Argentina, a diferencia de lo que ocurre en la región, los precios siguen la cotización del dólar, como indicó ayer un estudio de la firma Economía & Regiones, que supo fundar el propio Frigerio.

Consumado el salto en el dólar, que podría arrancar en niveles de entre $ 14 o $ 15, con el sueño de bajarlo en pocas semanas a $ 12 o $ 13, siempre que lleguen dólares rápido para fortalecer las reservas (para lo que, como contó este diario, habrá una gira previa a la asunción en busca de crédito), todo el éxito del plan Macri se medirá frente a los sindicalistas, a partir de marzo.

Un test relevante será con Roberto Baradel como cabeza del gremio docente de la provincia de Buenos Aires, que ya adelantó que pedirá 40% si se concretan estas medidas. Sin embargo, en el equipo de Vidal no creen que pueda tomarse como testigo porque la consideran “una negociación más política”. Sí, en cambio, ya entablaron contactos con varios dirigentes sindicales, en especial de la mano del camionero Hugo Moyano, con quien Macri ha tendido puentes e incluso se fotografió no hace tanto.

Los ideólogos del PRO aspiran a convencer al mundo de las camperas de cuero del siguiente esquema en la negociación salarial “en dos capítulos”:

◆ Reconocer “la inflación acumulada 2015 en un orden del 25%”, y meter en ese porcentaje también lo que crean que es el impacto de la devaluación en la góndola, lo que es el punto más conflictivo si, como se prevé, enero y febrero son meses calientes en remarcaciones.

◆ Plantear una negociación hacia delante sobre la base, como lo llaman en la mesa técnica del macrismo, rational expectations, un concepto que habrá que ver cómo lo toman los referentes de la CGT. Consiste en plantear que, a futuro, la expectativa será de una “inflación decreciente”, por lo que las cuotas de aumento en el segundo semestre deberían ser decrecientes.

Aquí hay una explicación. En Cambiemos aceptan que en 2016 la inflación será, punta a punta, más alta que la de este año. Pero ven un quiebre desde junio. Para el segundo semestre entienden una “inflación proyectada anualizada del 20%” que podrán presentar como un horizonte seguro, creen, mientras llegan inversiones y, cuándo no, “se retoma la confianza”.

Vértigo. En la Unión Industrial Argentina sienten vértigo cuando escuchan “el plan verdadero” de Cambiemos, más allá del desarrollismo de Frigerio, cuya agenda forma parte de lo que viene, pero recién después de las megacorrecciones del comienzo, que incluyen caída del salario real. Allí, los técnicos de la UIA recuerdan: “En la devaluación de febrero de 2014, de 20%, la inflación saltó de 25 a 35% y el desempleo subió un punto, con caída del PBI”. Agregan: “Es un plan riesgoso; quizás les puede salir bien, pero es riesgoso”. Y redondean: “Será clave el ministro de Trabajo, porque quizás la paritaria la termine liderando el propio Macri”.

La última inflación oficial

(fuente DYN) La inflación de octubre fue de 1,1%, impulsada por gastos del hogar y en salud, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Para el Indec, en la comparación interanual la variación de precios es de 14,3%, mientras que entre enero y octubre de 2015 los precios acumularon una suba de 11,9%. La cifra oficial estuvo por debajo del estimado por las consultoras privadas (1,7%) y por la Ciudad de Buenos Aires (1,5%).

Este resultó ser el último dato de inflación que dará a conocer la administración kirchnerista, aunque no el último en elaboración, ya que quedará a su cargo la producción de la cifra de noviembre.

No obstante, este resultado –si se mantiene el calendario informado por el Indec– será difundido el 16 de diciembre, cuando se haya producido el cambio de gobierno. Habrá que ver si entonces ya hubo cambios en el Indec. La inflación de octubre estuvo impulsada por subas de 1,7% en equipamiento.

Por Jairo Straccia | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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