Fiesta en las provincias y ajuste en la Capital al inicio del ‘modelo Macri’

En la primera semana, Cambiemos redujo el costo laboral en dolares 40% y mejoró hasta 100% el ingreso del campo. Inversión, motor que reemplaza al consumo. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

La nueva economía de peso devaluado y tipo de cambio único y de acceso libre determinó los nuevos sectores favorecidos y castigados por el “modelo Macri” que empieza a vislumbrarse con la salida del cepo. Señales positivas para inversores externos, multinacionales, productores agropecuarios y economías regionales, conviven con presiones inflacionarias que pueden determinar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y un estancamiento o caída del consumo, al menos en el primer semestre, con un plus en la zona metropolitana que en poco tiempo dejará de beneficiarse por tarifas muchos más bajas que en el resto del país.

Es probable que en los próximos meses se estanque el consumo”, reconoció el titular de la Cámara de Comercio, Carlos de la Vega, en un evento de fin de año de la Eurocámara y la Unión Europea donde las empresas del Viejo Continente festejaban el fin de año y fin del cepo. La inflación, las tasas de plazos fijos en pesos del 40% y la avidez por el dólar competirán con las compras y salidas por los menos durante el primer trimestre, según estimó. Para el segmento de la población en la Ciudad y Gran Buenos Aires, se suma desde principios de enero una quita de subsidios energéticos, lo que implica una carga extra sobre los salarios, aunque apunta a equiparar el gasto en ese sector con el del Interior del país.

En las zonas productoras agrícolas, en tanto, se respira la ganancia. En total se estima que la transferencia de recursos para el campo por la eliminación de retenciones y devaluación llega a cien mil millones de pesos por la cosecha 2016 de soja y lo retenido en silobolsas. “Es el modelo agroexportador clásico”, analizó el economista de la Gran Makro, Agustín D’Attellis. “La industria se ve perjudicada por la desregulación de las importaciones y la suba de la tasa de intereses” completó (ver aparte).

Desde Economía y Regiones, consultora que tuvo entre sus fundadores al hoy ministro del Interior, Rogelio Frigerio, destacaron que el “sinceramiento cambiario” y el fin o reducción de las retenciones permitió mejorar la competitividad agroexportadora en un 56% para la soja, el 105% para el girasol, el 86% para el trigo y el 79% para el maíz. A cambio las cerealeras deben liquidar sus dólares para recomponer las reservas del Banco Central. Las antes alicaídas economías regionales se sumaron a la ‘fiesta’ del nuevo plan. Después de una competitividad de -5% al fin del kirchnerismo, por la quita de retenciones mejoraron 12 puntos. Si a eso se le suma la devaluación, la mejora va del 51 al 66%, según el producto.

Costo laboral. La eliminación de retenciones pone fin al “desacople” de los precios entre el mercado interno y los precios internacionales, lo que puede empujar la suba de precios de los alimentos, que se suman a los que se registraron en los últimos meses. La baja de los salarios medidos en dólares es otro de los efectos del modelo. Con la divisa a $ 14, el salario mínimo que era “el más alto de América latina” con el dólar a 9,70, bajó de los US$ 618 a los US$ 432 y quedó detrás de Panamá y en línea con Chile y Uruguay, aunque todavía está arriba de Brasil, que también tuvo su devaluación en 2015. En la siderurgia, en cambio, con la caída del 40% en dólares, el costo salarial pasó de US$ 22 a 13 por hora y se alineó con los US$ 12 de Brasil y superó los US$ 9 de México.

El de los “salarios altos” era uno de los argumentos de los inversores internacional al enumerar las “desventajas” de la Argentina, aunque la principal condición era tener liberada la vía de ingreso y salida de divisas. La Argentina “integrada al mundo” garantizó señales positivas para la inversión extranjera directa de empresas que podrán operar libremente según remarcó el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.

Rebotes. La liberación del dólar podría destrabar importaciones por más de US$ 5 mil millones que se consideran “desalentadas”, compras que deberían haber hecho, pero que no cursaron por las restricciones.

Ladrillo y viajes. En tanto, en el sector inmobiliario cambió el ánimo con el anuncio del miércoles. “Esta es la fiesta del fin del cepo”, anunciaron en un cóctel inmobiliario que coincidió con el día del anuncio. Se espera que el sector despegue en los próximos dos meses, cuando la volatilidad se calme, señaló el presidente del Colegio de la Ciudad (Cucicba), Héctor D’Odorico, quien aseguró que ya hay más consultas para compra-venta pero reconoció que con el nuevo dólar “es necesario el crédito hipotecario”, aunque confió que podría llegar en 2017. El presidente de Remax, Sebastián Sosa, sostuvo que el blanqueo también puede ser una herramienta para que aumenten las operaciones.

El turismo también recibió el fin del desdoblamiento cambiario (el pago 35% de anticipo de Ganancias). “Los paquetes se normalizaron y las aerolíneas habilitaron líneas que no estaban vendiendo”, si bien los precios se acomodaron al nuevo dólar, explicó Martín Romano, de Atrapalo. “El turismo receptivo puede empezar a recuperarse”, indicó sobre otra fuente posible de ingreso de dólares. Para el emisivo, “los precios están parecidos al precio final anterior, salvo para quienes recuperaban el 35%”, aclaró. Sin embargo, reconoció que el golpe a los salarios puede desalentar los viajes.

Por Patricia Valli | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil

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