Por Ricardo Paolina | Al menos tres propuestas, incluyendo una de Elisa Carrió y otra de Miguel Ángel Pichetto, están bajo el análisis del oficialismo.
En estos días estamos tomando conocimiento de la existencia de al menos tres proyectos de reformas del impuesto a las ganancias, uno ellos presentado por la diputada Elisa Carrió, otro por el senador Miguel Pichetto, presidente del bloque del Frente para la Victoria y un tercer proyecto, del que no se conocen aún los detalles, está siendo preparado por funcionarios del actual gobierno.
Parte del aumento exorbitante de la recaudación del impuesto a las ganancias de los últimos diez años fue producto de la falta de reconocimiento parcial de los efectos de la inflación sobre la ganancia no imponible, deducción especial y deducción por hijos que tienen derecho a descontar los trabajadores independientes, los asalariados y jubilados, y que permiten estimar el piso sobre el cual no corresponderá pagar el impuesto.
No obstante, cabe señalar, una de las distorsiones más importantes y que peores efectos negativos producía sobre el salario de los trabajadores fue la falta total de actualización de las escalas del tributo que están vigentes desde el año 2000. Desde ese entonces hemos tenido una inflación que ronda entre el 1.100% y 1.500% según mediciones realizadas por distintas consultoras privadas.
El proyecto de Carrió actualiza los mínimos vigentes en la década del 90 multiplicándolos por 11 (1.130%), llevando el piso sobre el cual los trabajadores (casados y con dos hijos) deberán comenzar a pagar el impuesto a la suma mensual de $ 29.300 aproximadamente. En cuanto a la escala, la actualización la realiza multiplicando por 5 los valores vigentes en él año 2000, lo cual no guarda una adecuada relación con la actualización de los mínimos y mucho menos con la inflación aproximada medida desde ese año a la fecha. En este aspecto, el proyecto no resulta muy auspicioso ya que pierde la progresividad.
Por su parte, el proyecto del senador Miguel Angel Pichetto actualiza las deducciones vigentes en la década del 90 multiplicándolas por 5,70 (570%), llevando los mínimos no imponibles a la suma mensual de $ 14.800 aproximadamente, mientras que la escala, si bien verifica una importante variación en los tramos intermedios, la actualiza multiplicando por 3,75, con lo cual le caben las mismas observaciones mencionadas precedentemente al proyecto más cercano al oficialismo.
Para tener una adecuada magnitud del impacto de esta reforma detallamos el caso de un contribuyente casado con dos hijos y con un salario mensual neto de bolsillo de $ 40 mil. En este supuesto, el trabajador hoy paga un impuesto mensual de $ 10.500, según el proyecto de Carrió pasaría a pagar $ 1.600 por mes y según el proyecto del FpV pagaría la suma mensual de $ 3.400
En cuanto a la actualización futura de los mínimos y la escala del impuesto, el proyecto de Carrió contempla la aplicación del índice de precios al consumidor (IPC) mientras que el proyecto del FpV prevé la actualización anual por el coeficiente que surja del incremento del salario mínimo vital y móvil.
Por último, alegar mayores facilidades para evadir el pago del tributo por parte de los trabajadores autónomos no es justificación válida en la actualidad en razón de las importantes herramientas de control con que cuenta el organismo fiscal en la actualidad.
(*) Socio en el estudio Lisicki, Litvin y Asociados.
Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL del domingo 14 de febrero de 2016
