Desde la UCA hasta la CTA coinciden en que subió la pobreza

Por Patricia Valli | Por el aumento de precios posterior a la devaluación, alrededor de un millón de personas dejó de poder cubrir una canasta básica de alimentos y servicios. Con la ayuda estatal, la indigencia se mantuvo estable.

Redacción Fortuna

Por Patricia Valli (*)

En medio de la vorágine por la visita de Barack Obama, sus funcionarios dejaron el reconocimiento que el lenguaje de la alegría evita: se tomaron medidas “dolorosas” para la población (así lo dijo la secretaria de Comercio, Penny Pritzker, ante empresarios). En los primeros cien días de gobierno de Mauricio Macri el principal “efecto colateral” ha sido un aumento de la pobreza, de la mano de la inflación que originó la salida del cepo, algo que reconocen los especialistas en el tema desde distintos sectores políticos y sociales.

Tras la devaluación, “el aumento del shock inflacionario hace prever un aumento de la pobreza” en un marco de “estancamiento de la actividad” y un “aumento de la precariedad en las condiciones laborales”, según aseguró a PERFIL el director del Observatorio de la deuda social argentina de la Universidad Católica (UCA), Agustín Salvia. La UCA presentará el próximo viernes las cifras de pobreza e indigencia para 2015, año en que, por la desaceleración de la inflación, hubo una reducción de la cantidad de personas por debajo de los ingresos necesarios para no ser pobre, de acuerdo con la tendencia que anticipó Salvia. El último informe público del Observatorio, con los datos de 2014, indicó que el 28,7% de la población urbana estaba por debajo de la línea de la pobreza.

Un informe del Centro de Investigación y Formación (Cifra) de la CTA de Hugo Yasky e investigadores del Area de Economía de Flacso, coincide con la tendencia que marca la UCA: la pobreza aumentó en el arranque del nuevo gobierno y pasó de afectar al 19,7% de la población en el segundo trimestre de 2015 al 22,1% en enero de 2016, estimando subas del 4% de los precios tanto en diciembre como en enero.

Si en el segundo trimestre del año pasado había 8,5 millones de personas viviendo bajo la línea de pobreza, en la nueva situación serían 9,6 millones. “Son 1,1 millones que se suman a la situación de pobreza, como resultado del fuerte incremento de los precios de los artículos de consumo que siguió a la devaluación”, detalló el Centro que dirige Eduardo Basualdo.

A febrero de este año, la inflación interanual según el índice de la Ciudad de Buenos Aires llegó a 32,9% mientras que en San Luis alcanzó el 36,1%, índices que el Indec avaló mientras prepara su

IPC propio.

Indigencia, estable. Pese a la suba de precios que inciden en las canastas alimentaria y total –que definen los índices de indigencia y pobreza–, Salvia aclaró que “no necesariamente se podría registrar un aumento de la indigencia” porque las medidas como el aumento de AUH que acompañó la suba por jubilaciones –bajo la Ley de Movilidad– están dirigidas a los sectores de menores ingresos y más cercanos al umbral de indigencia. Desde la Iglesia, el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, reclamó ayer en el diario El Tribuno a los formadores de precios que “ganen menos” porque “hay mucha gente que está sufriendo la pobreza”.

Pese al alineamiento político de la CTA de Yasky con el ex gobierno de Cristina Fernández, Cifra mantuvo una medición de pobreza que se contrapuso –tal como la UCA– a las cifras oficiales, mientras existieron. Así, el último dato del Indec intervenido arrojó 4,7% de pobreza en el primer semestre de 2013 pero para Cifra fue de 17,6%. La indigencia, de 1,4% para el Indec, trepaba a 4,3% según la CTA. Los nuevos datos oficiales se esperan para la segunda parte del año, según anticipó Jorge Todesca, el titular del Indec, sobre el área que volvió a estar a cargo de Cynthia Pok, una de las técnicas que había desplazado Guillermo Moreno.

Faltan datos. Sin mediciones oficiales, la dispersión sobre el número es amplia pero la tendencia se corrobora. Para la consultora Evaluecon, el promedio de pobreza del país fue del 35% al término del segundo semestre de 2015. “En los primeros tres meses de este año lo que vemos es que tras la liberación del cepo cambiario la pobreza tiende a aumentar por los precios, que se ajustaron muy rápido mientras los salarios siguen siendo los viejos”, explicó José Vargas, director de la consultora. Según sus mediciones, la pobreza es más aguda en Chaco 54,2%, Santiago del Estero 50,3 y Jujuy 48,5, mientras que la Ciudad de Buenos Aires tiene una tasa de sólo 16,6%. De todas formas, los aumentos tarifarios y las posibles subas de transporte a partir del próximo mes incidirán en la canasta. En febrero, electricidad impactó con una suba del 253% según la direccion de Estadística de la Ciudad, que estimó que una familia tipo necesita $ 5.994 para no caer en la indigencia, 31% más que hace un año –medido a febrero–, mientras que requiere $ 16.871 para no entrar en la pobreza, 33% más que un año atrás. En el Conurbano la canasta básica alimentaria que mide el Indice Barrial de Precios (IBP) acumuló una suba del 38,78% en el último año

AUH y alimentos sin IVA

El gobierno de Mauricio Macri confía en que la inflación empezará a desacelerarse hacia el segundo semestre. Pero hasta los pronósticos de los centros de estudios cercanos al macrismo estiman que irá descendiendo a un orden del 2% mensual y sólo hacia fin de año podría llegar al 1% mensual que necesitaría desde ahora para llegar al añorado 20-25%. Por eso la batería de medidas está orientada a evitar que haya mayores daños sobre los sectores de menores ingresos de la población, como el crédito para ampliar la Asignación Universal por Hijo que se negoció con el Banco Mundial o la puesta en marcha de la reducción de IVA en alimentos para jubilados y beneficiarios de planes sociales. El resto de los sectores deberá esperar las paritarias, lo que deja como más vulnerable al 35% de la población activa que trabaja en negro.

“La pobreza afecta a entre el 20% y 25% de los argentinos. Y esa es una situación que nos obliga a trabajar para determinar dónde están, cómo se encuentran, y poder llegar de la manera más efectiva”, reconoce la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, que además resaltó la importancia de la tarifa social para amortiguar las subas. PERFIL intentó comunicarse con la funcionaria pero no tuvo respuesta.

(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.

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