Por Jairo Straccia | La mayoría coincide en que con Macri mejoró el clima de negocios. Pero dejan los proyectos recién para el segundo semestre o el 2017.
En la concepción de Cambiemos, el motor de la creación de riqueza es el sector privado, es decir, que el crecimiento está atado a la vocación de inversión de los empresarios. El propio presidente, Mauricio Macri, ha dicho que está algo desilusionado con el establishment porque no está apostando por el país y remarca precios. La respuesta de seis de cada diez CEOs, gerentes generales y dueños de compañías es contundente: recién será momento de poner plata en nuevos proyectos cuando baje la inflación. Así surge de una encuesta exclusiva realizada a pedido de PERFIL por la filial argentina de Vistage, una organización que reúne a unos mil líderes en la Argentina.
El gabinete económico –luego de devaluar, levantar restricciones cambiarias y quitar restricciones– considera que están dadas las condiciones para que los empresarios inviertan y reactiven la economía. Pero eso no está ocurriendo. “Ya liberamos la cancha, ahora la pelota está del lado de ustedes”, les dijo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, a los hombres de negocios hace diez días en ocasión de la visita de Barack Obama. “En su lugar, yo estaría más activo, porque los retornos que hay hoy no se van a replicar en un tiempo”, insistió. “Necesitamos su inversión, díganles a sus gerentes regionales que se animen, que nosotros seremos sus public servants”, completó en léxico corporate Guillermo Dietrich, el ministro de Transporte, en ese mismo auditorio, buscando empatizar con los empresarios. Sin embargo, todavía las inversiones no llegan como la Casa Rosada querría.
Habría consenso, es cierto, respecto de que en el segundo semestre mejora el panorama: el 48% de los consultados prevé que después de junio realizará inversiones, mientras que el 23% sostiene que recién en 2017 habrá garantías como para animarse a apostar con algún nuevo negocio. Tal pensamiento es consistente con la mirada a gran escala de que se está en una etapa como para invertir a mediano y largo plazo (53% de las respuestas), pero también con el 44% que considera que hay que esperar algo más para abrir un negocio, poner una fábrica o ampliar una planta productiva, sobre todo con un mundo que no envía señales alentadoras, empezando por Brasil.
El 77% de los consultados comparte que desde que empezó el gobierno de Macri “mejoró el clima de negocios”. Pero de todas maneras, cuando se los consulta sobre qué falta para invertir luego de las señales que el Poder Ejecutivo enfatiza que ya envió, lo primero que surge es la necesidad de bajar la inflación (que acumula casi 16 a 18% en un cuatrimestre), seguido por “recuperar el crédito” y en tercer lugar, “que mejore la economía internacional”. Prat-Gay podría responder que está acelerando a fondo para arreglar con los holdouts para que las compañías, además del Estado, vuelvan a tomar deuda.
Un dato alentador en este sentido puede ser que, desde que asumió Macri, el 31% de los consultados reactivó planes de inversión que tenía frenados, mientras que el 35% mantuvo los planes de inversión que traía desde antes, y el 13% consideró algún nuevo proyecto.
Un pedido de la UIA sobre China
Además de un documento advirtiendo por posibles despidos en las fábricas a causa de la suba de tarifas de electricidad, la Unión Industrial Argentina (UIA) le acercó al Gobierno un pedido sobre la competencia china. En la reunión con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, el presidente de la central fabril recordó que el 31 de diciembre el gigante asiático pasará a ser miembro pleno de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y que esperan que, como han manifestado ya Estados Unidos y Brasil, el Gobierno extremará los cuidados y tomará medidas para evitar que la competencia de ese país ponga en riesgo empleos en la Argentina.
