Peña vs. Prat-Gay, la batalla por la gestión

Se trata de la más fuerte de las peleas internas dentro del Gobierno.

Redacción Fortuna

El impacto del ajuste económico está dejando esquirlas profundas dentro del Gobierno. Abril y mayo son, además de los meses más duros para la economía, una prueba de fuego para la convivencia del gabinete de Macri. Previsiblemente, el último aumento de la nafta y declaraciones poco afortunadas dejaron al ministro de Energía, Juan José Aranguren, en el ojo de la tormenta. Pero detrás de las críticas que le llovieron al ex ejecutivo petrolero, asoma la más fuerte de las peleas internas dentro del Gobierno: la que existe entre el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.

A diferencia de otras batallas más cotidianas y visibles, como la que dan a diario Prat-Gay y el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, por el valor del dólar, el nivel de las tasas de interés y la regulación al ingreso de capitales;  o las que se producen ocasionalmente con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, por los recursos o declaraciones contradictorias, la de Peña y Prat-Gay es una pelea de fondo.

El primero es receloso tanto de la autonomía y protagonismo del ministro como de sus supuestas ambiciones políticas, por lo que busca acotar sus espacios de acción –“habla como si él fuera el Estado” es la síntesis que le atribuyen quienes dan cuenta de su malestar– mientras que el segundo considera que se pagan costos muy altos por la atomización de la gestión económica. Por ejemplo, la dificultad para unificar discursos y encauzar expectativas de inflación en baja y recuperación inevitable. En este sentido, en Hacienda evalúan con preocupación un diagnóstico que repite Aranguren desde hace semanas: en los rubros gas y agua ya no habrá dificultades tras los aumentos implementados pero el sector eléctrico todavía requiere ajustes fuertes. “Insiste con que los costos no cierran”, se quejan en el equipo de Prat- Gay, donde se resignan a la administración descentralizada de la política económica: “Eso fue una decisión que tiene sus desventajas pero fue política, nos excede”, afirman. Y reconocen que no sienten apoyo ni acompañamiento del resto del gabinete.

Pero el aislamiento de Prat- Gay no es total. Por el contrario, sus diferencias con Peña atraviesan la propia Jefatura de Gabinete, donde el ministro cuenta con dos respaldos fuertes: Gabriel Lopetegui y Mario Quintana. Ambos, aseguran testigos de sus elogios, rescatan la solidez del funcionario y valoran su “proyección internacional”. Pero mientras Lopetegui está más abocado a la reestructuración del Estado y de las empresas públicas, Quintana lidia con poco éxito entre las rencillas siempre públicas de quienes gestionan el ajuste fiscal y monetario. Sobre este dueto también recae una fuerte crítica: cómo siendo ellos mismos empresarios no lograron anticipar la reacción de sus propios colegas respecto de la suba de precios y la demora en la inversión.

Por Virginia Porcella | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.