Apuestan a que en el fin de 2016 la construcción sume empleos

Por Patricia Valli | La inflación se desacelera pero la industria no repunta y crece el riesgo de apreciación cambiaria. Preocupa el impacto en la meta fiscal del año próximo, electoral.

Redacción Fortuna

A 18 días del segundo semestre, el cuadro general de actividad no muestra repuntes en consumo o producción, salvo de la mano de la obra pública, que el Gobierno decidió reactivar, mientras que aseguran que las inversiones “ya están llegando”, aunque por el momento los anuncios no se materializan. Sólo la inflación, después de la absorción de pesos del Banco Central y a fuerza de recesión y el fin de los aumentos de tarifas, comenzó a desacelerarse y se acerca a la meta oficial.

El empleo, después de la herencia de cuatro años de estancamiento, sumó en el primer trimestre “el mayor número de suspensiones de los últimos diez años”, según denunció Luis Campos, del Observatorio de Deuda Social de la CTA autónoma, y por el momento no se registran mejoras en el sector. La cifra de suspensiones llegó a 5,5 por cada mil trabajadores, la más alta desde que la Encuesta de Indicadores Laborales releva esta variable (en 2006). El año pasado había sido 4,2 por cada mil trabajadores, detalló la CTA Autónoma.

Los últimos datos de la industria, por ejemplo, incluyen hasta una caída en abril en la producción del rubro alimentos y bebidas, que suele sostener la demanda. En los últimos días, los empresarios señalaron que las perspectivas de recuperación se estiman recién para 2017, aunque otros se ilusionan con la llegada de aguinaldos y aumentos paritarios para evitar que se agrave la caída del consumo, que en términos reales cayó 3% en lo que va del año.

Después de un primer trimestre negro para la construcción, el Gobierno reactivó las licitaciones de obras viales y agua y saneamiento para darle aire a la actividad a través de la obra pública. Si bien la previsión es que por año se puedan generar 200 mil puestos de trabajo en el sector, en el corto plazo, las obras anunciadas implican unos 30 mil puestos de trabajo para fin de año. Los empleos generados por la obra pública son los necesarios, a nivel macroeconómico, para evitar una caída del empleo: equivalen a la población activa que debe sumarse año a año para que la economía crezca.

Además de la construcción, en la primera parte del “segundo semestre” influirá el resultado de la cosecha, con mayores liquidaciones post liberación del cepo cambiario y pese a las lluvias aunque, según advierten desde Empiria, la abundancia puede empujar aun más la apreciación del tipo de cambio, que tiene en vilo a los sectores exportadores.

Y si bien el Gobierno presentó y logró que pasara el proyecto de devolución de IVA para los sectores más vulnerables, por ejemplo, y avanza con el proyecto de pago de juicios a jubilados –que entre ambos pueden inyectar unos $ 75 mil millones en consumo–, algunos economistas advierten sobre la sustentabilidad “fiscal” de estas medidas, en medio de las metas oficiales.

El diseño de política macro apunta a desacelerar la inflación. Pero el problema es que si no cumple las metas fiscales, va a requerir más financiación del Banco Central. Por ahora el nivel de deuda es bajo pero hay que ver si siguen con el endeudamiento”, advirtió el economista Maximiliano Castillo, de ACM. Según las estimaciones del mercado, la emisión de deuda entre Nación, provincias y privados rondará los US$ 20 mil millones.

En 2016, la dinámica fiscal no preocupa porque el año está un poco jugado. Las dudas surgen por el próximo, que también es electoral y contempla los pagos por la ‘reparación histórica’ a jubilados, ingresos de mediano plazo por blanqueo. Pero si este año cumplen meta, el año próximo habrá un punto más de gasto y una caída del 1,5% por la nueva meta de reducción de déficit, lo que implica un esfuerzo fiscal de 2,5 puntos, que hay que compensar con otros rubros para poder mantener la baja prometida”, agregó el economista.

Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.

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