Federici: “Buscamos que quienes entren al blanqueo se sientan cómodos”

El jefe de la UIF, uno de los entes clave en la instrumentación del programa, pide que los bancos no hagan un “revoleo” de reportes sospechosos. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Con el blanqueo de capitales en marcha, la Unidad de Información Financiera (UIF) brindó lineamientos a los que deberán ajustarse los bancos al momento de realizar reportes sobre operaciones que resulten sospechosas (ROS), a las que se sumarán normas aclaratorias en los próximos días. En diálogo con PERFIL, el titular de la entidad, Mariano Federici, envió señales para garantizar el secreto fiscal a los que adhieran al plan de sinceramiento fiscal.

—En el blanqueo anterior, los bancos derivaban a los clientes a las entidades públicas para no correr riesgos. ¿Puede pasar lo mismo?

—Son cosas que prefiero que ni las comparemos porque no tiene absolutamente nada que ver este programa con lo que fue el anterior, que sí considero que expuso muchísimos riesgos de lavado de activos y de ingreso de delitos graves al sistema por haber fallado en tomar los recaudos adecuados. Nosotros hemos sido muy rigurosos en el diseño, tanto en nuestra participación en el desarrollo de la ley como en el diseño  de la norma que hemos emitido y con estas pautas lo que queremos es que el sistema esté bien protegido y que no se permita el ingreso de recursos provenientes de delitos graves. Pero también, tratando de promover pautas de gestión de riesgos. Buscamos que  aquellas personas que no hayan cometido delitos graves y que solamente estén expuestos en una situación irregular ante la AFIP puedan sentirse cómodas de poder aprovechar los beneficios del blanqueo sin tener consecuencias adversas.

—¿Qué pretende la UIF de los bancos que participen de las operaciones del blanqueo?

—Lo que hemos dicho es que el ROS debe ser la consecuencia de un análisis de procesos de gestión de riesgos en el cual se analizó en profundidad la operación y después se determinó luego de ese análisis que la operación era sospechosa. Lo que no queremos es un revoleo automático que en definitiva evidencia un traslado del riesgo, una transferencia del riesgo al Estado, más que una gestión de riesgos. Queremos que el riesgo se gestione, analizando el tipo de cliente con operaciones, las diferencias entre los distintos tipos de clientes, las actividades a las que se dedican y las maneras en las que generaron sus recursos.

—¿Cómo podrán decidir los bancos el riesgo de una operación?

—Analizando el tipo de producto que eligen, no es lo mismo una transferencia que viene de un banco internacional que un depósito de dinero en efectivo que estaba fuera del radar y que no tiene trazabilidad. No es lo mismo una transferencia que viene de una plaza financiera bien regulada que una que viene de un país donde el nivel de regulación es de menor calidad o que esté cercano a una zona de conflicto terrorista. Hay muchas variables a tomar en cuenta  que los bancos conocen y que nosotros hemos tratado de recordar en la orientación y que creemos que debería permitir que fluyan con comodidad aquellas operaciones que solamente implican una situación irregular ante la AFIP y controlar aquellas que realmente vienen de dinero sucio.

“Proteger la confidencialidad”

Para la UIF, este blanqueo es totalmente incomparable con los anteriores. De acuerdo con Mariano Federici, el traspaso a la jurisdicción de Hacienda les ha permitido coordinar de manera mucho más estrecha con los demás reguladores que también

se encuentran bajo esa misma órbita, como el Banco Central, AFIP, CNV y la Superintendencia de Seguros y el propio ministerio. Se ha creado una mesa de coordinación. También conectaron sus sistemas informáticos “con el sistema Arsat con los mayores niveles de seguridad”. El mensaje para los que estén pensando en blanquear del titular del organismo es que “se han tomado todos los recaudos habidos y por haber para fortalecer la protección de la confidencialidad y la protección de la información”.

Por Paola Quain. | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil. 

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