Prat-Gay "viudo" y el síndrome del Financial Times

Por Jairo Straccia | La victoria de Donald Trump podría significar un financiamiento mucho más caro para el Gobierno de Macri, que esperaba continuar con los mínimos históricos de la mano de Clinton.

Redacción Fortuna

Éramos pocos y llegó Trump. Y la sensación es que, para la estrategia económica de Cambiemos, los enanos pegaron un estirón justo cuando acababan de armar el circo.

Todo está por verse. Y al menos por ahora nadie llega a cambiar para peor los pronósticos económicos para Argentina 2017 a raíz del triunfo del impredecible líder republicano. El año próximo viene con rebote económico, más o menos notorio según quien lo mida, y los problemas macroeconómicos y sociales iban a ser los mismos si la que se imponía era Hillary Clinton: consolidar la baja de la inflación, recuperar puestos de trabajo, reducir la pobreza.

Eso sí, el Presidente Mauricio Macri encabeza un gobierno que hizo de la-inserción-en-el-mundo y la-vuelta-a-los-mercados sus principales espadas para conquistar inversiones y sostener una baja gradual del déficit fiscal con el que sostiene la gobernabilidad calmando a gobernadores, sindicatos y agrupaciones sociales.

Pero desde el 10 de diciembre, la Argentina se ató al síndrome Financial Times. A diferencia de lo que pasaba en la gestión de Cristina Kirchner, en la Casa Rosada es clave en el clipping qué publica la prensa que leen los fondos de inversión que en última instancia son quienes le prestan más o menos caro al Tesoro. Y en definitiva, quienes a mediano plazo definirán cuán urgente será hacer "un doloroso ajuste fiscal", como publicó ese diario salmón hace dos semanas en un artículo titulado "auge de endeudamiento" en la Argentina.

El fin de la era demócrata, además, deja "viudo" al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, que encandiló con el acuerdo con los holdouts y el fin del cepo al dólar al secretario del Tesoro Jack Lew, con quien se vio no menos de cinco veces desde que está en el cargo, y de quien recibió los más encendidos elogios y muestras de confianza. Si ganaba Clinton, la esperanza era un sucesor suyo que le otorgara igual importancia a liderazgo de Macri en la región y por ende a las decisiones económicas del gabinete. Ahora, esa línea directa queda al menos vacante por un tiempo y sin certezas.

Como mínimo, la Argentina tomará prestados el año que viene US$ 10 mil millones para financiar sus necesidades fiscales. En la línea de largada también hay provincias y municipios. Todo el sex appeal financiero de la Argentina, sin embargo, puede pasar a un segundo plano según cómo se desenvuelvan los hechos en los próximos meses. Quienes le prestan a un país de eternas idas y vueltas financieras, ahora empiezan a prestarle atención a la economía interna de Estados Unidos, al menos hasta que Trump defina equipos y envíe señales que ratifiquen o rectificquen los mensajes de campaña, que hasta acá fueron decodificados con pánico por los que mueven los capitales.

Las caídas de las bolsas del mundo eran una reacción esperada y ahora hay apuestas divididas entre los que creen que todo se normalizará rápido como ocurrió con el Brexit, y hasta recuerdan que cuando ganó Barack Obama en 2008, el Dow Jones había caído 5%. Y los que abren la puerta a una etapa oscura para Estados Unidos y para el mundo.

Si Trump finalmente es más proteccionismo, eso será más inflación y por ende tasas más altas", coinciden varios reportes que  llegaron a empresas en la mañana de hoy. "Y más proteccionismo es menos comercio internacional y posible guerra de devaluaciones", decían también. Léase: financiamiento más caro para  Macri, aunque parta desde mínimos históricos, más dificultades para colocar las alicaídas exportaciones, y presiones a que el peso se devalúe y empuje los precios.

Son todas teorías que se barajan en las primeras horas entre la sorpresa y la incredulidad. Explicaciones en muchos  casos de los mismos que el lunes aseguraban que el alza de Wall Street era por un descontado triunfo de Hillary, que garantizaba la continuidad y sobre todo, el alejamiento de lo desconocido, que desde anoche, acaba de comenzar, también para la Argentina.