Jorge Irigoin: el jefe del Correo que une la gestión de Franco con el gobierno de Macri

Como director ejecutivo de la empresa Correo Argentino, participó de las primeras discusiones por la deuda hoy en conflicto. Ahora maneja el servicio en la administración de Cambiemos. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

El presidente del Correo Oficial en el gobierno de Cambiemos es un viejo conocido del negocio: Jorge Irigoin fue director ejecutivo de la empresa de Franco Macri que explotó la concesión y participó de las negociaciones cuando esa firma dejó de pagar el canon que dio origen a la deuda de $ 296 millones sobre la que hoy gira la polémica por el acuerdo para su cancelación.

Ingeniero, como Mauricio Macri, Irigoin llegó a Socma en septiembre de 1997, después de 20 años en Siemens. El 26 de agosto de ese año se firmó la concesión (a partir del 1º de septiembre) de Encotesa (Empresa Nacional de Correos y Telégrafos) a Correo Argentino SA, controlada por el grupo Macri, por 30 años, prorrogable por otros 10 en medio de la ola de privatizaciones del gobierno de Carlos Menem.

Los registros de Anses y AFIP intercalan Socma y Correo Argentino entre el 97 y diciembre de 2001. Ante las consultas de PERFIL, que intentó comunicarse con Irigoin, desde el Correo señalaron que se fue en ese año y que no estuvo en la quiebra, que el juez en lo comercial Eduardo Favier Dubois decretó en diciembre de 2003. También aseguraron que no participó del proceso preventivo de crisis, que comenzó en 2001.

A partir de 2002, Irigoin tuvo un breve paso por Nahuelsat SA antes de pasar a una nueva empresa de correos: OCA, entre agosto de 2004 y enero de 2006. En 2007, pasó a presidir el directorio de  Sbase, la sociedad del Estado para los subtes de Buenos Aires.

En marzo de 2000, en línea con los reclamos de Franco Macri por la falta de pago del Estado por servicios del Correo, anticipó que como medida de protesta, el servicio postal dejaría de pagar el canon por la concesión –de $ 103 millones anuales, en dos pagos–.

Si no hay solución, no haremos el pago. Es una medida de protesta por los incumplimientos del Estado”, señaló a Página/12 en marzo de 2000 el entonces director ejecutivo de Correo Argentino. “Si no se resuelven los problemas, no podemos seguir”, había señalado, en línea con Franco Macri.

Qué piensa. Con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, Irigoin fue designado al frente del Correo Argentino (ahora formalmente ‘Correo Oficial de la República Argentina SA’, nombre de la empresa estatizada a partir de la quiebra). Allí asumió con la misión de reducir el déficit del servicio postal oficial pero también ‘reconvertir’ un negocio en vías de extinción por el avance de la tecnología, con un plan de inversiones de $ 9 mil millones para los próximos cinco años.

En un reciente almuerzo en el que presentó un acuerdo con un correo privado, Irigoin estimó que en el 2016 las pérdidas del Correo llegarían a $ 1.500 millones, una baja significativa frente a los $ 3.800 millones que perdió durante el 2015.

En ese marco, destacó también que la deuda por servicios prestados al Estado ascendía a $ 2 mil millones. “Encontramos pérdidas muy grandes. Hace 15 años que no se hacían inversiones”, evaluó y estimó en ese momento que llevaría alrededor de un año y medio lograr un equilibrio de las cuentas, que incluye actualización de las tarifas que pagan algunos organismos, como Anses, que todavía mantiene precios de 2008.

Para este año, el Presupuesto oficial para el Correo aumentó de $ 260 millones en el 2016 a los $ 1.173 millones, aunque se trata de un año de elecciones donde el Correo tiene a su cargo el traslado de las urnas y telegramas con el recuento provisorio, aunque el Gobierno analiza cambios en el sistema para este año.

Reconversión en la era digital

Una de las metas de la gestión de Irigoin en su regreso al Correo Argentino es buscar negocios alternativos ante la caída de los envíos postales tradicionales. Así, este año el Correo firmó acuerdos para almacenar medicamentos o convertir la red de oficinas en una vía más para hacer trámites ante el Ministerio de Producción.

La logística y el e-commerce son también una nueva vertiente de negocios para la empresa que el año pasado también se reactivó a partir de la vuelta del ‘puerta a puerta’ para los envíos de compras desde el exterior.

“El negocio postal clásico va desapareciendo. La idea es acercar al Estado al ciudadano a través de la red de correos”, señaló sobre la misión del Correo.

Por Patricia Valli | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.

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