Por qué es tan cara la ropa en Argentina

Un informe analiza la cadena de valor de la industria de indumentaria y determina por qué el precio al consumidor es uno de los más altos del mundo. El peso de la presión impositiva en todo el sector.

Redacción Fortuna

Los viajes a Chile y Miami de cientos de argentinos tienen, entre uno de sus motivos, la compra de ropa barata por el alto costo de la indumentaria en Argentina.

Un estudio elaborado desde la consultora Invecq analizó las razones por las cuales la ropa es tan cara en Argentina, situándose entre una de las más costosas del mundo. La elevada presión impositiva hizo que, a pesar de la protección que existe en el sector, toda la cadena de valor de la indumentaria se encuentre hoy en crisis por caída de ventas y pérdida económica.

Contrariamente a lo que se supone, más de la mitad de la ropa que se vende en Argentina es de origen importado (61% en el 2016, según un reciente informe de la Fundación Pro-Tejer). Y del total de prendas importadas el 42% proviene de China.

La incidencia del costo de fabricación directa sobre el precio total es de un 14% si es importado. Por el contrario, si se produjese internamente, el costo de fabricación no solo sería más alto, si no que a su vez terminaría representando el 20% del precio final de una prenda (según informe Fundación Pro-Tejer).

Un ejemplo analizado fue el de una remera standard que fabricarla en el exterior sale cinco dólares aproximadamente. Esto da un costo de producción FOB para la marca de ropa de $ 90 por la prenda. A esto, la empresa tiene que sumarle todos los gastos de envío, administración, comercialización, financieros e impositivos, con lo cual la termina vendiendo a los comercios a $ 270 + IVA.

Los locales tienen que marcar la remera (el mark-up), de modo que se puedan cubrir todos los gastos comerciales, financieros, impositivos y sueldos y que le quede una utilidad. El precio final, ya con IVA incluido, que es el que termina pagando el consumidor, es de $ 650.

Es decir, que los consumidores pagan más de siete veces el costo de fabricación.

A nivel agregado el resultado muestra que los impuestos propios de la cadena de valor representan el 41% del valor de la prenda. De cada $ 650 que paga un consumidor por una remera, $ 268 corresponden a impuestos directos de la cadena de valor.

Estos impuestos incluyen IVA, Derechos de Importación, Ingresos Brutos, Débitos y Créditos, Impuesto a las Ganancias y Cargas Sociales. Pero además, dentro de los gastos administrativos, comerciales y financieros hay muchos proveedores que también tienen que pagar impuestos por sus actividades y negocios, con excepción del IVA, que lo abona el consumidor final.

La incidencia impositiva adicional es del 25% sobre los $ 260 correspondientes a esos gastos, o sea, $ 65 más de impuestos extra cadena de valor o indirectos (en el sentido de que son impuestos de otras cadenas productivas).

Teniendo en cuenta entonces todos los impuestos, el total de la carga tributaria de la remera asciende a $ 333, lo cual representa el 51,2% del valor de la prenda. Por lo tanto, podemos concluir que, en términos generales, los impuestos representan más de la mitad del precio de una prenda. Para decirlo de otro modo, de cada dos pesos que se pagan por una remera, un poco más de uno corresponde a impuestos.

“La situación del mercado de indumentaria en Argentina es sumamente delicada. Estado, empresarios y comerciantes deberán replantear las reglas de juego de este mercado para revertir esta situación. Si no hay cambios estructurales, el mercado se seguirá comprimiendo y muchas empresas y comercios se verán forzados a cerrar operaciones. El mercado de indumentaria está, claramente, en el triángulo de las bermudas”, concluyó el informe.

Fuente: Rouge