En "Salvo que me muera antes", Ceferino Reato explica las razones por las que tantos hombres de negocios respaldaron a la ex presidenta. Las palabras de Rattazzi.
La reelección de Cristina en 2011 fue tan contundente que hasta ganó en territorios que el kirchnerismo no podía conquistar, como la Capital Federal y Córdoba. También en zonas del interior de Buenos Aires y Santa Fe que habían liderado la protesta del campo.
Dado que los sectores populares ya adherían, en general, al gobierno, incluso en la derrota en las elecciones legislativas de 2009, la conclusión es que “Cristina Viuda” sedujo a un buen número de votantes de la clase media y media alta, tanto urbana como rural.
También a muchos empresarios que ya no votaban al kirchnerismo, como admitió Cristiano Rattazzi, titular del Grupo Fiat Chrysler Automobile (FCA). “¡Cómo nos equivocamos! Creímos que Néstor era el malo y Cristina la buena. Un error tremendo el nuestro”, dijo Rattazzi en un evento empresarial en Mar del Plata el 21 de agosto de 2015.
Rattazzi, uno de los pocos empresarios que durante el kirchnerismo decía lo que realmente pensaba, sin temor a eventuales represalias, sostuvo que “Cristina gana en 2007 prometiendo hacer exactamente lo contrario de lo que luego hizo: apertura al mundo, defensa de las instituciones”.
“Luego, en 2011, –agregó– gana gracias a la muerte de Néstor. Muchos pensaron: ´Se murió el hijo de puta, ahora va a poder gobernar ella´”.
Ésa fue también la primera lectura del mercado financiero sobre la muerte de Kirchner. Los inversores lo consideraban una persona “hostil” por lo cual su fallecimiento hizo subir las acciones de las empresas argentinas que cotizaban en Wall Street y los bonos de la deuda argentina que se negociaban fuera del país.
En ese caso hubo un error de cálculo, pero de otro tipo: pensaron que Cristina perdería poder y sería sucedida, en 2011, por alguien mucho más amigable que ella y su marido.
