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Es uno de los más originales creadores, reconocido por su genio y por sus expresiones que no tienen nada que ver con lo políticamente correcto. Cómo fue su lanzamiento en Chile.
Por María José Bonacifa *
Un niño español criado en Francia, ese era el pequeño Francisco Rabaneda Da Cuervo. Su padre fue fusilado en la Guerra Civil española por ser un militar del bando republicano. Su madre debió exiliarse en París y se ganaba la vida como costurera de la casa Balenciaga, lo que hizo que el pequeño esté en contacto con las tijeras y las agujas desde sus primeros años. Las cosas comenzaron a mejorar y la viuda pudo llegar a jefa de taller, aunque con mucho sacrificio.
Tuvo los medios suficientes como para hacer estudiar a su hijo, que se graduó de arquitecto en 1964 en la Ecole des Beaux Arts. Pero no podía esquivar al llamado de la moda y comenzó a diseñar bijouterie y botones para la misma Balenciaga e incluso Dior y Givenchy. No pasó mucho tiempo hasta que hizo su primer desfile realmente rompedor, en el que utilizó metal y plástico y fue defenestrado por la crítica. Pero nadie permaneció indiferente ante este joven creador.
Para fines de los ´60 ya era una marca registrada no sólo en el rubro textil sino en el de la cosmética. Hoy sus perfumes siguen siendo de los más vendidos en todo el mundo. Tiene 12 fragancias para hombre y mujer, además de anteojos y relojes.
Un hombre singular, que no se anda con rodeos a la hora de opinar. "El vestido era horroroso", dijo cuando le preguntaron por el modelo de Letizia Ortiz al contraer enlace con el príncipe Felipe de Borbón.
Siguiendo con su historia, para 1999 y en la cima decidió retirarse del diseño. Diez años después, regresa a la moda con un desfile de prêt-à-porter masculino en Chile, celebrando además el éxito de su fragancia 1 Million, que lidera las ventas desde su lanzamiento en 2008.
La boutique de Santiago, que abrió hace escasos dos meses, es la primera en toda América Latina tiene unos 100 m2 y se ubica en el centro comercial Alto Las Condes. La ropa está dirigida a un hombre joven, más preocupado por su aspecto que por la moda; un hombre libre, natural, seductor y masculino, que derrocha independencia, humor, confianza en sí mismo y sensualidad. Los modelos fueron actores chilenos. Ahora, Buenos Aires espera con los brazos abiertos que el diseñador cruce la cordillera con su moda.
* Editora de Perfil.com
27/11/2009
