Por Eduardo Fracchia* / Los cambios que necesita Brasil para volver a crecer. Cómo pueden impactar estas reformas en la Argentina.
El Mercosur está una vez más en discusión ante la llegada al poder de Jair Bolsonaro y de su ministro Paulo Guedes con ideas propias sobre el bloque. Interesa por la agenda de integración y por el peso de Brasil profundizar en la macroeconomía de corto y mediano plazo de nuestro vecino. Por otra parte, para nuestro propio proceso de crecimiento industrial la evolución de esta economía es clave.
Su desempeño macro y su acción diplomática meten presión para que hagamos los deberes en nuestro país dado nuestro contexto de estanflación. A pesar de una luna de miel muy acotada con el mercado que tuvo Bolsonaro, en lo referente a la política económica se necesita ser precavidos con la evolución de Brasil.
La recuperación del mercado de capitales puede favorecer un círculo de carácter virtuoso en Brasil. La estabilidad de la moneda y la tasa de la Fed en baja ayudan a que no se agrave el problema de la deuda del país. Esto ofrece espacio para una eventual baja de la tasa de interés (SELIC) en Brasil ya que ésta suele ubicarse en un rango alto históricamente perjudicando el dinamismo del sector real. El crecimiento sigue siendo la clave para entender el futuro de Brasil. Después de un 2018 con tasa casi nula de aumento en el PIB, retraso en el Producto industrial y elevado desempleo en San Pablo, el contexto es de un moderado optimismo.
Este crecimiento se basa en el rebote cíclico y en la orientación general de la política económica de corte desarrollista con apoyo del Fondo Monetario. Dado este contexto, es positivo que el presidente de Brasil siga impulsando su agenda ortodoxa para que se aprueben la reforma previsional, fiscal y de privatizaciones pendientes. Facilita también para el roll over de la deuda la caída del riesgo país. En lo referente a la reforma previsional, las propuestas del Poder Ejecutivo elevan la edad para jubilarse y la colocan en niveles similares a la de otros países centrales.
El plan de reordenamiento previsional está siendo cuestionado por la oposición. Ellos argumentan que Brasil está tomando medidas tendientes a un sistema jubilatorio perjudicial para la actividad productiva y para la creación de nuevos empleos. Para que Brasil crezca sobre bases sustentables y genere los recursos que necesita para solucionar sus enormes problemas sociales, es claro que precisa avanzar en reformas estructurales. En especial en aquellos frentes tendientes a dotar de mayor competitividad a su economía y especialmente a mejorar el desempeño exportador de un país muy cerrado históricamente al comercio.
Si el crecimiento de las exportaciones sigue siendo mediocre a mediano plazo el riesgo de un estancamiento en Brasil será mayor. Recordemos que Brasil, como escribió en su momento Stefan Zweig, es el país del futuro. En la democracia que acumula ya 35 años ha tenido un desempeño inferior al promedio de la región. El futuro de Brasil está por verse.
*Economista del IAE Business School de la Universidad Austral