El ex representante de la Argentina en el FMI indicó la propuesta del Gobierno por la deuda es como una promesa que se hace cuando nadie en el mundo puede hacer proyecciones por la pandemia.
"La oferta de la deuda es bastante dura y durante tres años los acreedores no recibirán nada, lo cual se entiende de nuestra parte pero ellos seguramente tienen también el pensamiento de que en tres años seguramente consiguen una sentencia favorable que los pone en una situación bastante mejor para negociar", afirmó Héctor Torres, ex representante de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional.
El ex director ejecutivo de la entidad monetaria advirtió que, si bien los plazos son escasos, todavía "hay tiempo" ya que es usual que estos acuerdos se cierren sobre el final de los plazos. "Esto es bastante común que la gente guarde las cartas contra el pecho y recién muestre interés de sellar un acuerdo cuando prácticamente no queda tiempo. Eso no me extraña mucho", indicó.
"Un stand still sería una buena solución provisoria, algo que yo mismo recomendé varias veces. Estamos en una situación absolutamente inédita por la pandemia. No hay ninguna proyección económica que sea creíble, lo dijo el propio (Martín) Guzmán, lo cual es un poco contradictorio porque estamos haciendo una promesa pero a su vez tenemos dificultades de hacer proyecciones como todo el mundo. En ese marco de tanta inseguridad, de tanta incerteza, lo más lógico es llegar a un acuerdo con los acreedores diciendo que en este momento, como no hay proyecciones económicas creíbles, tampoco hay promesas creíbles tampoco. Eso quiere decir más riesgo, eso quiere decir que ustedes van a usar una tasa de descuento mayor a la que nosotros creemos que deberían estar usando. Es una de las discusiones más importantes que tiene el gobierno con los acreedores: cuánto vale en valor neto presente la oferta que está haciendo", advirtió.
En declaraciones al programa Dato sobre Dato de Radio Milenium, Torres señaló que es necesario "parar la pelota" ante un escenario de extrema inseguridad y que es necesario esperar "hasta que aclare" para volver a negociar "sobre bases un poco más solidas cuando tengamos la posibilidad de hacer proyecciones económicas creíbles. Eso se podría negociar con los acreedores a un costo muy bajo. Yo creo que sería razonable y tendríamos un apoyo internacional muy fuerte. El propio FMI dice que sus propias proyecciones sobre la economía mundial no son proyecciones solidas", dijo.
"Se podría haber empezado por el principio: un plan económico diseñado por el gobierno y consensuado con las otras fuerzas políticas, es algo que hemos visto que el gobierno ha puesto un gran esfuerzo en juntar a gobernadores, intendentes, fuerzas privadas, hasta académicos, detrás de una propuesta de reestructuración de deuda. En realidad, el mismo esfuerzo podría ponerse en tener un programa económico que ataque las causas por las cuales nosotros terminamos defaulteando la deuda recurrentemente. Podríamos empezar por ahí. El gobierno eligió otro camino, empezó por los acreedores", señaló.
Torres indicó que este no es un camino fácil porque "pone el acento sobre la quita" y destacó que el Gobierno quiere una deuda sustentable y para eso necesita que los acreedores "reduzcan sus acreencias, sus créditos sobre la Argentina", pero que hay un tópico que falta en este esquema: "Las otras condiciones es qué vamos hacer para que esto no vuelva a pasar y eso no lo estamos contestando", finalizó.