Carolina Herrera (h), con el estilo y la creatividad en el ADN

Redacción Fortuna

Es una de las cuatro hijas de la diseñadora Carolina Herrera. Comparte con su madre su nombre y su pasión por la creación.

Por María José Bonacifa *

Carolina Adriana ingresó en la compañía en 1997 y se ha convertido en una pieza clave: el diseño de fragancias.

Creció en un entorno natural, en la hacienda familiar de La Vega en las afueras de Caracas, Venezuela. A los 12 años se mudó a Nueva York junto a sus padres. "Allí empecé a descubrir la maravillosa ciudad de Nueva York, tan abierta y cosmopolita, sus parques, sus museos, sus taxis, su metro.", cuenta. Y es justamente esa ciudad la que la inspiró su última creación Carolina Herrera for Men, que será lanzado en la Argentina el mes que viene.

Estudió ciencias pero sabía en su interior que ese no era su mundo y al conocer a un director de cine decidió cambiar de rubro. "Hablamos un buen rato, y aunque le dije que no tenía experiencia en la industria cinematográfica, me contrató". Aquel aprendizaje resultó muy interesante, recuerda Carolina. "Viví el proceso de creación de una película, desde que el director tiene una idea hasta que se filma y se comercializa. Fue como estudiar una segunda carrera". Dos años más tarde, Carolina se trasladó a Los Ángeles, donde pasó tres años trabajando en la industria audiovisual. También abrió una tienda de prendas únicas de nuevos diseñadores llamada Steinberg & Sons, e incluso hizo collares y pulseras con sus propias manos.

Mientras recorría España para filmar un documental sobre toreros, comenzó a conversar con su madre sobre la posibilidad de insertarse en la empresa ayudándola con un nuevo perfume. "Debía evocar el espíritu de Nueva York que tanto echaba en falta", asegura Carolina, "así que pensé que sería una idea excelente traducir ese mundo que adoraba, y que a menudo me faltaba, en un lenguaje de aromas. Capturarlo en una fragancia evocadora, que te permitiese llevar un mundo de sensaciones en tu bolso y acercarte la Gran Manzana, no importa lo lejos que estuvieras". Así nació 212, que alcanzó un éxito internacional tras su lanzamiento en 1998. "Suponía innovar y potenciar la marca. Comencé contestando a la pregunta: "¿Qué es Nueva York para ti?" y añadí mis emociones en los ingredientes de la fragancia, en el frasco, las texturas y materias que utilizamos. El proyecto continuó con la campaña de publicidad y la promoción. Fue un trabajo muy estimulante y me siento muy orgullosa del resultado. 212 es una fragancia universal, fresca, urbana, elegante".

Pero de esa colaboración puntual surgió una alianza indestructible: la de madre e hija en la empresa.  "Es muy fácil trabajar con ella. No tenemos exactamente el mismo gusto en todo pero tampoco somos opuestas. Nos complementamos muy bien", dice. Carolina Adriana es la mano derecha de su madre en la división de belleza y cosmética. Como asesora de fragancias, fue el alma máter de lanzamientos como  212, 212 MEN y sus ediciones limitadas (212 On Ice, H20, Splash), CHIC (2001), CAROLINA (2002), CHIC FOR MEN (2003), 212sexy (2004), HERRERA AQUA (2005), 212sexy MEN (2006) y el último lanzamiento de la firma, CH Carolina Herrera.

Puede decirse que Carolina es la síntesis de la mujer de hoy: combina su rol de creadora, empresaria, madre y esposa y hasta se dio el gusto de posar para Vogue. Sstá casada con el famoso torero Miguel Báez, El Litri, quien ya está retirado. Tiene dos niños, Miguel y Olimpia y se reparte sus días en Nueva York, Madrid y una finca de ensueño en Extremadura, en el interior de España.

* Editora de Perfil.com

16/10/2009

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