Por Miguel Acevedo* / Las ventajas de ingresar a un mercado de 500 millones de personas y el riesgo de las asimetrías.
El acuerdo con la UE resume oportunidades, desafíos y riesgos para la inserción internacional de Argentina. La posibilidad de acceder a un mercado con más de 500 millones de consumidores es uno de sus activos más importantes pero para transformar las potencialidades necesitamos generar iniciativas que lo conviertan en una plataforma para el desarrollo productivo del país.
El acuerdo puede analizarse de manera estática y dinámica. Desde una perspectiva dinámica, existen múltiples oportunidades: ingreso a un mercado importante, aumentar los estándares de calidad y la transferencia tecnológica. Pero para hacerlo Argentina deberá nivelar la cancha trabajando sobre varios ejes: macroeconomía estable, previsibilidad de crecimiento, tipo de cambio, tasa, crédito, costos logísticos y esquema tributario.
Una mirada estática muestra un desacople importante: las concesiones en cuanto a reducción de aranceles son mayores para nuestra región, ya que el arancel promedio europeo es menor.
Resulta clave entender que las economías de ambas regiones muestran asimetrías en términos de estabilidad macroeconómica, desarrollo, escala y coordinación de políticas públicas. Mientras que la inversión en Investigación y Desarrollo en la UE el promedio es 2,03% del producto en Argentina apenas estamos en el 0,53.
Por todas estas razones, la firma del acuerdo no puede ser un fin en sí mismo. El desafío es constituirlos en un instrumento que motorice políticas públicas para fomentar la competitividad y la agregación de valor en nuestro país. La industria genera empleo de calidad y es propulsora de la innovación tecnológica, activos todos que el sector puede aportar para diseñar una inserción internacional virtuosa acorde a los desafíos que vienen.
*Presidente de UIA
