El economista del FMI habla de “histéresis” y ganaría el Nobel

Redacción Fortuna

POR CHRISTIAN RIAVALE

Desde París. Diario Perfil

“La recuperación ha comenzado.” Después de 21 meses de recesión en los EE.UU., este diagnóstico formulado por Olivier Blanchard en un artículo de la revista Finanzas & Desarrollo del Fondo Monetario Internacional (FMI) desató una corriente de euforia en los mercados.

Esa conmoción obedeció sobre todo al prestigio técnico y académico que tiene este francés de 60 años, que desde septiembre de 2008 ocupa el cargo clave de economista en jefe del FMI (ver recuadro). Blanchard está considerado como el verdadero cerebro de las estrategias sugeridas desde el FMI a los gobiernos para acelerar la salida de la crisis. Tan grande es su prestigio como teórico de la macroeconomía y del mercado de trabajo que muchos de sus colegas lo consideran como un firme candidato al Premio Nobel.

Junto con el actual director del Consejo Nacional Económico de Barack Obama, Larry Summers, Blanchard desarrolló el concepto de “histéresis” o permanencia del desempleo luego de una recesión, un tema que tendrá gran actualidad en el futuro inmediato.

A pesar de su pasión por la investigación y la teoría, Blanchard nunca consideró la economía como una experiencia de laboratorio. Por eso, cuando es necesario, no duda en bajar de su torre de marfil a la práctica política. En 1997 dejó los claustros universitarios para integrar el equipo de asesores económicos del primer ministro Lionel Jospin. En otras ocEs socialista, pero votó a Sarkozy y revolucionó al FMI. Se define como pedagogo de la economía, y como tal rompió estructuras internas en el organismo multilateral. Ahora sentenció que después de 21 meses se inició la recuperación. Acuñó el concepto de “histéresis” para definir la persistencia del desempleo cuando termina la recesión. u organizaciones internacionales.

Amistad y talento. Para llegar a ese cargo clave del FMI, Blanchard contó con su prestigio de economista, la amistad que mantiene desde hace años con Dominique Strauss-Kahn –actual director general del FMI– y con la discreta ayuda de Nicolas Sarkozy, que lo había consultado con frecuencia durante la campaña presidencial de 2007 en Francia. Ese año, después de comparar los programas de los dos candidatos, anunció públicamente que votaría por Sarkozy.

En cada uno de sus viajes a París, es recibido en el Palacio del Elíseo y, cuando está en Washington, habla por teléfono con Sarkozy al menos una vez por semana. Aunque fue un romántico enamorado de los ideales revolucionarios de mayo de 1968 y luego un socialdemócrata pragmático a partir de los años 70, Blanchard evolucionó hasta convertirse en uno de los principales teóricos del neokeynesianismo.

Esa fue la estrategia que adoptó para imponer poco a poco dentro del FMI su visión para superar rápidamente la recesión. A su juicio, sin embargo, la batalla no está ganada. Blanchard, que no es precisamente un optimista, prevé que la salida se concretará recién en la segunda mitad de 2010.

En ese momento, “el PBI potencial –el máximo que se puede producir dadas las restricciones tecnológicas– será inferior al previo a la crisis”, la reactivación “no podrá detener el desempleo”, casi todos los países deberán aplicar un aumento masivo de impuestos para enjugar los déficits fiscales acumulados y –para evitar un desequilibrio global– se necesitará que los EE.UU. y Asia balanceen su intercambio comercial. “Una depreciación desordenada del dólar podría originar una nueva fase de inestabilidad e incertidumbre capaz de hacer abortar la reactivación”, advirtió.

23/8/2009

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