El alma del cristal en objetos de la vida cotidiana

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Redacción Fortuna

Swaroski posee una división que incursiona en envases de perfume y hasta línea de más de 50 muebles de lujo. Asia y Europa son sus principales mercados.

Por María José Bonacifa (*)

Una compañía que nació de la mano de un artesano en Austria y se convirtió en símbolo del lujo, que hoy puede disfrutarse en pequeños objetos “con alma”. El nacimiento de Swarovski se remonta al final del siglo XIX cuando Daniel Swarovsky diseñó y patentó una máquina para cortar cristal en la ciudad austríaca de Wattens. Con el correr de los años la compaía se transformó en elemblema mundial en diseño y fabricación de las más exquisitas piezas de este material.

La división fue bautizada bajo el nombre CRYSTALLIZED – Swarovski Elements en 2008 para nombrar a la incorporación de elementos sueltos de cristal se incorporan a todo tipo de diseño: joyas, objetos de decoración, perfumes y hasta el escenario de Madonna tienen estos cristales, con el sello de calidad y con la idea de darle brillo y alma a las diferentes piezas.

Esta división tiene presencia en todo el mundo, su red de distribución cubre desde Australia hacia India hasta los Estados Unidos. A pesar de que las ventas por región varían. La demanda está liderada Asia y Europa generan una alta demanda, seguidos por América. La crisis financiera no hizo mella en la compañía ya que en 2008 la facturación total fue de U$S 3.714,65 millones.

Uno de los ejemplos es la edición limitada es el último lanzamiento de Nina Ricci con su Precious Edition. La famosa manzana es además perfume y joya. Una pieza de colección irrepetible a un precio accesible dentro de lo que maneja el mercado. Y es justamente a lo que tiende la industria del lujo en este momento: a que existan productos que combinen lo tangible con las sensaciones y las experiencias. El aroma promete “un viaje alparaíso con la magia de las frutas y el color de los elixires amorosos” y la presentación acompaña esa travesía.

En la Argentina esta línea sorprende, por ejemplo, con los muebles de Fontenla, ya que posee una línea exclusiva con incrustación de cristales Swarovski diseñada por el estudio de arquitectos López Bustos.

Por otro lado, Pedro Rivera Wiener, diseñador neuquino que migró a Estados Unidos y es dueño de la firma de diseño RW Lux, de Miami también creó este tipo de muebles. La colección cuenta con 50 piezas: sillones, juego de comedor, de dormitorio y accesorios de decoración como espejos.

El show de Madonna es otro de los ejemplos, quizás el más espectacular: El escenario de Sticky & Sweet Tour tenía alrededor de un millón y medio de euros en cristales. La empresa define el éxito en pocas palabras: ” una calidad de diseño única, excelente artesanía, cortes innovadores y una enorme variedad de colores y efectos” Cada uno de ellos “es un producto con alma”, sostienen.

(*) Editora de Perfil.com

9/10/2009

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