Los mercados, Grecia y el temor a la salida del euro

Desde hace dos semanas, las bolsas europeas retroceden a mínimos. Las razones.

Redacción Fortuna

El temor de que Grecia abandone el euro y entre en default mantiene en vilo a las principales bolsas europeas y, en especial, a las economías de la región.

Una eventual salida de Grecia del euro sería, según Capital Economics, uno de los principales riesgos bajistas para la economía de la eurozona este año.

La incertidumbre pesa ya en las bolsas europeas, que ayer se vieron arrastradas a mínimos de dos semanas ante el temor del futuro de Grecia y por la caída del precio del petróleo. Por ejemplo, el Euro Stoxx cerró con una pérdida de 3,70% y el principal índice griego se derrumbó 5,63%.

La bolsa de Frankfurt perdió el lunes un 2,34%; París, un 2,5%; Milán, un 3,11%; y Madrid, un 3,45%.

La coyuntura griega afecta también al valor del euro, que ya perdió 0,7% en la última semana frente a las principales monedas monitoreadas por Bloomberg llegando a mínimos de 2006 frente al dólar.

Economistas piensan que en caso de que salga del euro, Grecia se convertirá en un paria en los mercados internacionales, la economía volvería a contraerse y el gobierno abandonaría las políticas que el euro requiere, según Bloomberg.

Por otra parte, los medios griegos señalan que la victoria de Syriza en las futuras elecciones griegas provocaría una fuga de capitales que acarrearía problemas de liquidez para los bancos.

"Sería un mal precedente y podría estimular a otros para hacer lo mismo, siendo el primer paso para la fragmentación del euro", dice el economista jefe de ING-DiBa, Carsten Brzeski, a Bloomberg. "Perder a un miembro de la familia podría abrir la caja de Pandora".

"Sería como Lehman Brothers al cuadrado", aseguró el economista y profesor de Berkeley, Barry Eichengreen.

En tanto este miércoles se conocerá el último dato de inflación de la Eurozona y las previsiones anuncian la primera caída de precios en el bloque (–0,1% anual en diciembre) desde 2009. Eso aumenta la presión para que la expansión monetaria del Banco Central Europeo sea lo suficientemente potente como para evitar la deflación.

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