Estatales de la mano de Pablo Micheli organizaron una marcha hasta el Ministerio de Trabajo que servirá de termómetro para medir el alcance de lo será la quinta huelga general contra el Gobierno de CFK.
Si bien el paro general está programado para mañana, esta tarde la CTA rebelde -a cargo de Pablo Micheli- arranca con una serie de protestas que incluyen una marcha desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo.
Como en las huelgas anteriores, la clave de la protesta estará centralizada en los gremios de transporte, claves para que la gente pueda trasladarse a sus lugares de trabajo.
La huelga surgió de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) y se expandió luego a partir del respaldo de la CGT Azopardo, de Hugo Moyano, y de la CGT Azul y Blanca, de Luis Barrionuevo, además del apoyo de la CTA opositora, de Pablo Micheli, y de distintas agrupaciones de izquierda.
Los reclamos son varios y van desde el pedido de paritarias libres hasta el rechazo a los topes salariales del Gobierno, pasando por una suba para jubilados y una reforma tributaria “contra los impuestos regresivos, como el IVA y la cuarta categoría de Ganancias” y además de la devolución de los fondos de las obras sociales.
Por su parte, el secretario General de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, aseguró que "no fueron escuchados por la presidenta" y que por eso "el paro se va a realizar"
Según Fernández, "al Gobierno parece que le gusta que hagamos un paro" y resaltó que no habrán desde las 0 de esta medianoche y hasta el último minuto del martes 9 de junio colectivos de corta, media y larga distancia, como así también el servicio de subte.
Además de esos servicios, tampoco andarán los trenes (aunque no adhiere la kirchnerista Unión Ferroviaria y aviones (apoyan la medida los aeronavegantes y el personal técnico aeronáutico). La medida también afectará la recolección de la basura, la distribución de combustible, el reparto de alimentos y el clearing bancario.
