La compañía se declaró oficialmente en concurso de acreedores en Estados Unidos. Quién podría rescatarla.
La mítica empresa de ropa y material deportivo Quiksilver se acaba de declarar oficialmente en bancarrota.
Sucede que desde hace meses se encuentra lidiando con el mayor problema al que se ha enfrentado en su historia. La empresa de origen australiano buscaba a principios de mes desesperadamente un comprador para mantener abierta sus tiendas y los puestos de trabajo de sus empleados, según Bloomberg.
Ahora finalmente Quiksilver acaba de anunciar que se acoge al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos para su unidad estadounidense, quedando al margen sus negocios de Europa y Asia.
La firma optó, de esta manera, por el concurso de acreedores a fin de reorganizar sus problemas financieros.
Los planes de la empresa ahora pasan por cerrar un acuerdo la firma de capital privado Oaktree Capital y conseguir sobrevivir.
La empresa que supo estar en la cúspide en los ‘90 viene perdiendo clientes ante el avance de otras minoristas como H&M.
En 2014, las ventas de Quiksilver cayeron el 13%, lo que equivale a una pérdida neta de US$ 309,4 millones.
La creciente falta de confianza de los inversores también provoca que el valor de la empresa se desplome. A tal punto, que la Bolsa de Valores de Nueva York le advirtió que si su valor de marca seguía cayendo podía ser excluida de este índice.
