Los referentes empresarios andan a ciegas. Sufren, como todos, de no creer en las encuestas.
Por Jairo Straccia
“No podés faltar, Héctor, vení que es tu homenaje”, sorprendió Gustavo Weiss, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, a Héctor Méndez, hasta hace poco al frente de la Unión Industrial Argentina (UIA). El almuerzo, el jueves en Puerto Madero, fue revelado ayer por La Nación y graficó el tránsito de los hombres de negocios por el final de la campaña electoral. Allí también estaban Daniel Funes de Rioja (Copal), José Ignacio de Mendiguren (UIA y diputado del Frente Renovador) y Adelmo Gabbi, de la Bolsa de Comercio, todos compartiendo la mesa con dos hombres de muy buena llegada a la fórmula del Frente para la Victoria. Por un lado, Eduardo Eurnekian, el rey de los aeropuertos cuyo alfil Guillermo Francos dejaría su oficina en Corporación América para ser embajador en Estados Unidos de un eventual gobierno de Daniel Scioli, y también estaba Gustavo Cinosi, que como contó PERFIL en julio, es uno de los principales nexos de los empresarios con Carlos Zannini, candidato a vice del Frente para la Victoria, y lobbysta de la Embajada de Estados Unidos.
Pero los referentes empresarios andan a ciegas. Sufren, como todos, de no creer en las encuestas. Un banquero revisó varias el viernes: “El estómago me dice que hay segunda vuelta”, dijo. El dueño de una gran empresa argentina aventuró también en las últimas horas: “El pálpito es que hay ballottage”.
Las primarias iban a ser la gran encuesta nacional, y no lo fueron. No hubo polarización con Mauricio Macri y llega el día de votar sin certezas hasta después de las 23. Hace unos días, Cristiano Rattazzi, de Fiat, sintetizó el sentir de muchos hombres de negocios que aún no tienen listo su plan de negocios 2016: “Que se defina rápido”.
