Con la caja al límite, las empresas pisan gastos y ‘patean’ proveedores

Por Straccia/Quain. Aunque no se corta la cadena de pagos, los gerentes financieros se vuelven “estrellas malditas” y congelan los presupuestos. Aseguran que se trata de un “esfuerzo transitorio”.

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia / Paola Quain (*)

Una empresa metalúrgica en Santa Fe, una firma de servicios en la Capital Federal o una papelera en el Norte del país, comparten, aunque con matices, el siguiente escenario: se les incrementó en un 200, 500 o hasta 800% la tarifa de electricidad; se les derrumbaron las exportaciones; con suerte mantienen las ventas internas, si no cayeron también; y en el banco tienen tasas que rozan el 35 o 40% para financiarse. En el Gobierno todos les dicen que es “algo transitorio”, pero en el mientras tanto, las finanzas están al límite. Por eso, según relevó PERFIL, los gerentes financieros se vuelven las “estrellas malditas” de las corporaciones, encargados de “patear los pagos”, conseguir “refinanciaciones”, “charlar” con los proveedores” y evitar cualquier nuevo gasto.

“Este año están todos sentados sobre la caja, pisaron gastos y buscan mejores financiaciones”, lo sintetiza Patricia Furlong, vicepresidenta de servicios corporativos de Amex, la división de American Express que le maneja las finanzas a multinacionales, pymes y profesionales. “No se ha cortado la cadena de pagos, pero toda la energía está puesta en estirar plazos”, añade.

Nadie puede decir que el ajuste no estaba súper avisado y previsto, y por ende incluido en los presupuestos de las compañías para este año. “En cualquier caso, independientemente del triunfo, el rumbo era parecido, la agenda estaba más o menos clara”, reconoce Jorge Saumell, titular del Congreso del Instituto Argentino  de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) que tendrá lugar esta semana.

Si bien la situación no es dramática, sin reminiscencias al 2002 y no está cerca un escenario de interrupción de la cadena de pagos, hoy las empresas mantienen una estrategia común, a la espera del tan preciado rebote de la actividad económica, que el Gobierno promete para el segundo semestre, aunque se ve más probable para el último trimestre. El manual del CFO para el “puente” hacia la recuperación, incluye:

Estirar pagos a proveedores. “Todo lo que se pagaba a sesenta, ahora se paga a noventa o 120 días”, explican en una firma del sector petroquímico. “Se trata de no ahogar a los proveedores más pequeños”, indica por su parte Saumell, que es CFO de la prepaga OSDE Binaria.

Se demoran todo tipo de pagos “no imprescindibles”. Todo lo que se puede diferir o postergar, se posterga, en una decisión que conspira contra la pretensión del oficialismo de que la inversión de las empresas rescate a la actividad económica.

Un rato de Lebacs. “Si bien hay compañías, especialmente multinacionales que tienen un calendario de pago establecido y pagan a sus proveedores según está preestablecido, también existe otro conjunto de empresas, principalmente aquellas que tienen una fuerte liquidez, que eligen demorar unos 15 días el pago”, explica Maximiliano Carrillo Castillo, de ACM.

“Lo hacen porque, al ser tan elevada la tasa de interés, aunque sea por unos pocos días, prefieren comprar Lebacs y tener un rendimiento cuando se trata de empresas que manejan grandes volúmenes de efectivo”, reveló el economista que asesora compañías. “Este comportamiento puede mantenerse en la medida en que la tasa que pagan las Lebacs esté por encima de la tasa de recargo de los proveedores”, describió. “De todas maneras, se trata de demoras que no llegan a quebrar a quienes les brindan suministros, y que no llegan al punto de que se rompa el acuerdo comercial”, completa Carrillo Castillo.

El sueño 2017.  “Esperemos que hacer el presupuesto del año que viene sea un poco más grato”, suspira Saumell. “Lo bueno es que por ahora no hemos registrado que se corte la cadena de pagos”, dice Furlong, sobre la situación de sus clientes. “La perspectiva de mediano plazo es buena”, insiste Saumell, que agrega: “Puede haber una discusión sobre el recorrido de las tarifas, del tipo de cambio, pero me parece que el camino está recorrido; hay muchas medidas que se adoptan para que vayamos a una inflación decreciente, con más actividad. La tendencia creemos que es buena”.

(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.