Cuánto gasta el presidente norteamericano del dinero de los contribuyentes en sus resorts y hoteles. La revalorización de sus empendimientos. Fiestas y extravagancias con plata ajena.
La corrupción no es sólo un problema de magnitud en los países emergentes (en la Argentina conocemos bien de qué se trata). En el Primer Mundo también tienen que lidiar con este tema en mayor o menor grado. Pero de las grandes potencias, la que se destaca porque su presidente está haciendo grandes negocios durante su mandato es Estados Unidos. Según informes de medios de ese país, Donald Trump está ganando fortunas gracias a su posición: muy pronto olvidó sus promesas de campaña de "acabar con la corrupción en Washington DC".
En principio, Trump nunca hizo lo que hicieron los presidentes que lo precedieron: cuando sus actividades previas en el sector privado o sus propias fortunas podían generar algún conflicto de intereses, ponían sus activos en un fideicomiso administrado por alguien de su confianza hasta que terminaban su mandato. Trump dijo que no a esto y él y su familia se están beneficiando de su posición en el Estado.
Por ejemplo, por reuniones del Presidente, actos de campaña o simplemente cuestiones de marketing, Trump y sus acompañantes se hospedaron 110 días en 2017 en propiedades del mandatario. Estas estadías son pagadas con dinero de los contribuyentes.
Así, para festejar su llegada a la presidencia, el magnate gastó u$s 104 millones en tres eventos para celebrar el acontecimiento. Para todos los actos de este tipo, el comité inaugural de Donald Trump había recaudado u$s 107 millones. Además, usó u$s 1,5 millones para alojar a su séquito y a él mismo en su propio hotel de lujo en Washington DC. Compró en Tiffany vajillas para la ensalada que se iba a servir a sus invitados, u$s 130.000 en almohadones personalizados para dos cenas de gala y u$s 10.000 en maquillaje para los mozos en otro evento social.
También el comité inaugural pagó u$s 26 millones a una firma organizadora de fiestas que maneja Stephanie Winston-Wolkoff, una amiga de la Primera Dama, Melania Trump.
Las ganancias de los hoteles de Trump se incrementaron de manera significativa a partir de que asumió la Presidencia. Desde que está en la Casa Blanca, el hotel de Washington DC de Trump incrementó sus ingresos un 80%, al llegar a los u$s 60,8 millones. Allí se alojan lobbistas y empresarios de todo el mundo para lograr tener un acceso lo más cercano posible al presidente.
Al lanzarse para su reelección en 2020, Trump gastó u$s 720.064 en distintos eventos realizados en sus propiedades, según el Centro de Responsive Politics.
Tras ser elegido presidente, su resort de lujo Mar-a-Lago en Florida incrementó su valor de manera geométrica. El valor de la membresía paso de u$s 100.000 a u$s 200.000 al año. Se sumaron como socios 21 lobbistas y 50 empresarios que tienen relación económica con el Estado. Otro factor de ingresos de este resort son las visitas oficiales de jefes de Estado, que son facturadas al gobierno.
Otros gastos de los contribuyentes que van a las arcas de Trump son sus continuos viajes a clubes de golf de su propiedad. Cada visita representa un costo por fin de semana de u$s 3 millones.
También sus emprendimientos inmobiliarios se vieron beneficiados con su llegada a la Casa Blanca, como las unidades de la Trump Tower, de Midtown Manhattan. En 2017, sus negocios de real estate tuvieron su mejor performance con ingresos por casi u$s 170 millones. Sin embargo, y por lo menos en el caso de Nueva York, los comentarios racistas del presidente sobre los mexicanos hicieron que las ventas cayeran.
Fuentes: megaricos.com, USNews, Axios, CheatSheet, USAToday