Destilería Moretti: Un gin artesanal que se expande en el mundo
Los hermanos Bruno y Franco Moretti empezaron en 2016 a producir su propio gin. Luego de casi una década, se han posicionado como líderes en el mercado local de alta gama y comenzaron a exportar. La invención del gin tonic tirado.
La historia de la destilería Moretti es la historia de dos hermanos de Río Negro que con pasión y dedicación, pero sobre todo con procesos y estudios, lograron producir un gin que, luego de una década, se posicionó entre los mejores de los alta gama en el país y comenzó a exportar a España y a Estados Unidos. Pero esta historia no es tan lineal ni tan sencilla. Y es por eso que Fortuna habla con Bruno y Franco Moretti, los dos emprendedores que están armando el camino del gin argentino.
Destilería Moretti es el resultado de un largo camino. Por un lado, el de Franco, que es biólogo y que en su etapa de estudiante hizo varios cursos de neurociencia. Pero fuera de los claustros, tenía su propia banda de música, de la que vivió hasta 2019 cuando puso foco 100% en su marca de gin.
“En 2015 estaba muy cómodo y necesitaba salir de mi zona de confort. Ya estaba en Buenos Aires, y encontré un PH en el barrio de Cañitas que estaba en un estado deplorable. No tenía agua, ni luz. Era totalmente inhabitable. Pero me encantó y lo compré porque sabía que algo bueno se podía hacer ahí”, cuenta Franco.
Por esos años, las cervecerías artesanales estaban muy de moda -lo estuvieron hasta que comenzó la pandemia un año después- pero había muy pocas destilerías artesanales. De hecho, salvo algún que otro gin argentino, en el mercado casi no había propuestas locales. Lo mismo sucede con el whiskey y otras bebidas blancas que casi no se producen en el país.
Como biólogo, Franco daba clases de, precisamente, destilación. Conocía el proceso químico de punta a punta. Pero faltaba una parte, porque un buen químico sin una buena parte comercial no iba a terminar bien. Y es ahí donde su hermano, Pablo, se suma en la historia. Él también fue responsable de la decisión de comprar el PH y durante meses trabajaron, día y noche, para dejarlo en condiciones. “¿En serio se van a poner a hacer gin y dejar sus trabajos”, le preguntaban cada una de las parejas a los dos hermanos. “Nunca titubeamos frente a ellas”, recuerdan entre risas.
Todo comenzó a tomar forma cuando les llegó el alambique que habían comprado desde Estados Unidos por la plataforma e-bay. Ya con el insumo productivo clave en el PH reformado, comenzó lo que ellos llaman “el método de prueba”. “Teníamos en claro que nosotros lo que teníamos que lograr era un proceso productivo basado en un método de pruebas. Pero desde el concepto de prueba y error respecto a si el gin salía rico o no, sino un método que me de información sobre cada etapa para luego poder mejorarla y seguir con la etapa siguiente. Y ahí eran claves las variables que teníamos que monitorear en este método, que eran la combinación de botánicos, la calidad de ellos, la forma en que van (secos, fresco, en hebras, etc), sus proporciones, el macerado, el grado alcóholico, la velocidad de enfriamiento… eran casi 15 variables que aprendimos a conocer durante 6 meses, haciendo más de 10 pruebas semanales”, comenta Pablo. Y Franco agrega: “A veces era de madrugada y nosotros seguíamos anotando. Sabíamos que nuestro diferencial iba a estar en el método, porque gracias a él íbamos a lograr conseguir el producto que queríamos”.
La creciente popularidad del gin volvió a los bares especializados en una inversión atractiva
Y así fue. A fines de 2016 finalmente probaron el gin que tanto se habían imaginado: Buenos Aires Gin. Ya con el producto entre sus manos, comenzaba el desafío comercial de posicionarlo en el mercado y que los bares y vinotecas lo quieran para empezar a venderlo. “No éramos baratos, porque nuestro objetivo no era ganar mercado rápido. Todos nuestros pasos eran para adelante, sin retroceder, entonces fuimos dando pasos muy seguros en los puntos de venta que eran los bares y vinotecas. Nos recibieron muy bien en 2017, y de a poco nuestra marca fue ganando nombre en el mercado”, explica Franco.
Sin embargo, en 2018 todavía estaba el boom de las cervecerías. El público iba a las cervecerías a tomar algo y el concepto de coctelería parecía que se había extinguido “Ante esa situación, pensamos de qué manera podíamos ir metíendonos en el lugar donde estaba la gente, que eran esas cervecerías, porque sabíamos que con el gin sería difícil. Ahí fue cuando desarrollamos nuestra marca de tónica en lata, para nuestro gin. Pero Lo dimos un paso más, porque pensamos de qué manera podíamos unir el gin y la tónica a granel. Ahí fue que se nos ocurrió la idea de hacer gin tonic en barril. Entonces, en las cervecerías, la lado de donde estaban los barriles de cerveza fueron agregando uno de nuestro gin tonic tirado. Fue excelente. Nos fue muy bien y el dinero que ingresaba lo reinvertíamos para generar más, y fue lo que nos permitió en 2020 instalar nuestra fábrica de gintonic con una capacidad productiva que superaba por lejos la demanda de esos comienzos”, cuenta Pablo Moretti.
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La pandemia, el momento que cambió todo
La llegada de la pandemia marcó para destilería Moretti un antes y un después. La venta en bares y restaurantes claramente se fue a pique porque todo estaba cerrado. Allí fue que aceleraron y comenzaron a vender por internet. “Como la gente estaba en su casa, la categoría de gin creció mucho, y fueron años en donde habían aparecido varias marcas de gin nacionales, algunas de ellas muy buenas la verdad. Eso es interesante, porque de repente Argentina empezó a tener muy buenas destilerías. Y la gente encerrada empezó aprobar, y a jugar con las bebidas, y ahí logramos posicionarnos muy bien porque siempre pudimos abastecer a nuestros clientes y llegamos directamente a sus hogares”, recuerda Franco.
“Pasamos de trabajar con solo 50 bares en 2019 a más de 500 a fines de 2020 cuando se empezó a abrir un poco todo después de la pandemia. Vendíamos más de 5.000 litros diarios de gin tonic en barril. La demanda era muy alta y podíamos cubrirla gracias a nuestra planta”, agrega Pablo.
Los hermanos Moretti abrieron en octubre de 2023 su propio bar en el nuevo paseo gastronómico del Barrio Chino, en Capital Federal.
2022 también fue un hito importante para los hermanos Moretti, porque fue el momento en que se animaron a salir de la Argentina con su creación, que era el gin tonic en barril. “No existía este producto en el mundo. Lo llevamos a España, y lo comenzamos a producir allí; y hoy ya tenemos casi 100 clientes, que son bares, y creciendo constantemente. También llegamos a Paraguay y comenzamos a exportar a Estados Unidos, que es un mercado difícil porque son pocas las destilerías artesanales que existen allí y el gin no es una bebida de moda, aunque de a poco va ganando terreno”, cuentan los hermanos.
En esos años, además, lanzaron dos nuevos productos, el Caporale Oaked Gin, que es un gin añejado en barricas de roble y luego el London Dry Gin, que se produce con una técnica diferente. A eso le sumaron también sus productos en lata, como el agua tónica y ginger ale; pero también gin tonic y gin ginger en lata.
Un local propio, un nuevo desafío
Ya con varios productos en el mercado, exportaciones crecientes a Paraguay y Estados Unidos, presencia en España, y una fábrica local de primer nivel, los hermanos Moretti querían algo más y el nuevo Barrio Chino en el barrio de Belgrano, en Capital Federal, les dio el empujón final.
A partir de la apertura de un nuevo paseo gastronómico bajo las vías del tren en el Barrio Chino, Pablo y Franco abrieron Moretti Gin Bar. “Siempre quisimos tener un bar, pero teníamos en claro que lo íbamos a abrir cuando tengamos todo bien desarrollado. La verdad es que lo pensamos como una buena estrategia para posicionar nuestra marca, pero la realidad es que ya es un negocio por sí mismo el bar, porque la zona tiene un movimiento muy bueno y acá viven una experiencia relacionada con el gin”.
Respecto del foco actual del negocio, los hermanos Moretti lo tienen muy claro. “Por un lado, queremos ampliar nuestro negocio de exportación. Tenemos oportunidades con nuestros productos, pero sobre todo con el gin tonic en barril. Y, por otro lado, que es el más desafiante, tenemos el foco en ampliar el volumen de producción, acompañándolo con exportación y crecimiento en el mercado local”, concluyen Franco y Pablo, mientras abren un Buenos Aires Gin, le ponen la medida justa de su propia tónica, y brindan.
RM